Pues es niño y no tenía nombre. Lo importante es que todo va como debe ir, según nos informó la ginecóloga. Esa tarde estuve pensando en nombres para la criatura. En principio no tenía prisa por buscarle uno, pero tras varias semanas llamándola Lunita se me hacía raro dejar de tener un nombre con el que referirnos a ella.
Pedro. Es un nombre que ya me gustaba para Héctor. Sonia da el visto bueno. Consulto listas de nombres por si acaso. Hay algunos nombres que parecen más bonitos pero no me imagino llamando así a mi hijo. A mi hijo lo imagino Pedro.
Pedro y Héctor. Héctor y Pedro. Dos sílabas. Las mismas dos vocales en el mismo orden. Comparten más de la mitad de los fonemas. Dos nombres muy diferentes pero con un importante sustrato común. Igual que espero sean los hermanos.
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Hoy ha venido mi familia a comer a casa para celebrar mi santo y le hemos dado la noticia. No quería dársela por teléfono y menos aún que se enterasen a través del blog. Por esa razón me quedé con las ganas de escribir esta entrada el jueves por la noche.
Es curioso esto de tener un blog y de que te puedan leer. Nunca pensé que tuviera repercusiones prácticas más allá de pasar un rato entretenido pensando sobre lo que voy a escribir. Mi hermana me ha regalado el libro La invención del Big Bang, de Jean-Pierre Luminet. Está claro que el blog es algo más que un soliloquio.
¡Vaya! Llega uno hasta aquí esperando encontrar alguna experiencia educativa o algún concienzudo análisis del estado actual de la enseñanza y se encuentra tan agradable comentario.
ResponderEliminarMis mejores deseos para el futuro Pedro.
Gracias, Nicolás.
ResponderEliminarDe vez en cuando hay que descansar del monotema educativo. Aunque me temo que volveré a la carga.
Aunque tarde, en esta tediosa y calurosa espera, sola, disfruto de casi todas las entradas que me quedaban por leer. Gracias por la sonrisa que me acabas de regalar.
ResponderEliminar¡Es imposible que pueda leer la entrada completa dedicada a los políticos!
¡Bienvenido seas, Pedro! Me gusta ese nombre y me gustan esas reflexiones.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Ángela. Por cierto, ¿qué fue de Fifi la Plume y sus historias? Las echo de menos.
ResponderEliminarEnhorabuena, Eduardo. Felicidades por esa nueva paternidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, Agustín.
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