Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

lunes, 23 de julio de 2012

Automatismo

Me quedé de piedra cuando me di cuenta de lo que había hecho. Estaba en la cama, tumbado, leyendo un ensayo escrito por Bruno Bettelheim. Es un libro de pasta blanda y formato pequeño. Una edición de bolsillo con letra diminuta en exceso.

Absorto en la lectura, voy recorriendo las líneas del texto a golpes de vista hasta llegar al final de la página. En ese momento acerco el dedo índice de la mano derecha y pulso la página levemente. No ocurre nada y es entonces cuando me doy cuenta de lo que ha pasado. Y no me lo puedo creer.

Sólo he leido tres novelas y un ensayo en el libro electrónico desde que me lo regalaron en el mes de febrero. Tanto las novelas como el ensayo eran de poca extensión. ¿Cómo es posible que con tan escasa experiencia mi cerebro haya automatizado de tal manera el nuevo mecanismo de lectura? Centenares de libros leidos, treinta años pasando la hoja de papel y, tras apenas una semana de uso intensivo del libro electrónico, el cerebro intenta reproducir el nuevo mecanismo de lectura en un libro de los de toda la vida. No lo hubiera podido creer.


Moraleja: el libro electrónico es comodísimo.

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4 comentarios:

  1. Y, al parecer, adictivo.
    ¿Qué libro de Bruno Bettelheim estabas leyendo? Hace quinientos millones de años leí Con el amor no basta.

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    1. El libro se titula "No hay padres perfectos". Se puede hojear aquí:

      http://books.google.es/books?id=B0DhQRI8dIkC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

      Tengo pensado escribir sobre él en el blog. Otra cosa es que cumpla el propósito.

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    2. No, no hay padres perfectos. Tampoco hay hijos perfectos. Se me ocurre ahora esta pregunta que te hago y me hago: cuando solo éramos hijos, ¿por qué no leíamos libros sobre la relación paterno-filial? ¿Por qué no nos planteábamos eso, que no hay padres perfectos?
      Yo fui madre muy pronto, así que no tuve tiempo de pensar mucho sobre la relación entre padres e hijos. Fue luego cuando empecé a interesarme por la educación.

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  2. Creo que los hijos que hemos tenido padres suficientemente buenos (good enought, por utilizar la expresión de Bettelheim. De hecho una traducción más literal del título sería "padres suficientemente buenos", comprendo que muy poco comercial) no tenemos especial necesidad, al llegar a la madurez, de investigar el corpus teórico de las relaciones paterno-filiales. Nadie, salvo los profesionales del ramo, muestra interés en conocer los mecanismos de la prima de riesgo hasta que ésta empieza a dar problemas. Cuando las cosas van bien parece que salen de manera natural y no hay que ocuparse de ellas.

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