Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

sábado, 25 de febrero de 2012

Huelga de estudiantes


En lo que llevamos de curso se han convocado tres huelgas de estudiantes en mi centro. La ley reconoce el derecho a hacer huelga a los alumnos del segundo ciclo de la ESO y a los de Bachillerato y Ciclos profesionales. Los requisitos para poder ejercer el derecho son tres:
  1. Que la huelga esté convocada oficialmente por un sindicato de estudiantes (¿quién elige a estos representantes estudiantiles? ¿Cúando se celebran elecciones sindicales estudiantiles, que yo no me he enterado?).
  2. Que los alumnos que piensan ejercer su derecho a huelga informen de este hecho a la dirección del centro con dos días lectivos de antelación.
  3. Que los padres de los menores de edad firmen un escrito autorizando a que su hijo haga huelga.
La primera huelga fue convocada para el día 28 de octubre, viernes anterior al puente del día 1 de noviembre. Cuando entro en clase me encuentro un revuelo anormal. Pregunto y me informan de que tienen que firmar urgentemente un papel para entregarlo en Jefatura de Estudios. ¿Y eso? Es que vamos a hacer huelga este viernes. ¿Cual es el motivo?..... Los recortes, salta uno de los más avispados. ¿Los recortes? ¿Y qué estáis haciendo vosotros para protestar por los recortes, aparte de decidir no venir a clase el viernes?...

Finalmente esa huelga no se llevó a cabo porque no cumplía el requisito número uno. No había convocatoria alguna y todo fue fruto de un falso rumor (que iban a suprimir la llamada beca-6000) y de las ganas locas de no dar clase. Aquel suceso provocó esta entrada en el blog que mantengo con los alumnos de mi tutoría (2º de Bachillerato) para la asignatura Proyecto Integrado. En ella les mostraba mi opinión sobre las huelgas de estudiantes.

El azar trajo la oportunidad de demostras mi nula capacidad de convicción. Justo a la semana siguiente de publicar la entrada y debatir el tema en clase se convocó otra huelga a propósito de no se qué protestas contra la Universidad de Córdoba. La convocatoria era firme y cumplía todos los requisitos. El 16 de noviembre el éxito de la huelga en mi centro fue total. Ni un alumno de mi tutoría asistió a clase ese día. Ningunto asistió tampoco a la manifestación de protesta.

Ayer estaba dando clase en 3ºA cuando pidieron permiso para entrar unos representantes del Consejo estudiantil (formado por los delegados y subdelegados de todos los grupos).
- ¿Queréis hacer huelga el miércoles? Rápido, tenéis que fimar el papel y que el delegado se lo lleve al Jefe de Estudios enseguida.
- ¿Cuál es el motivo?, pregunté yo. Los chavales estaban firmando en la hoja en blanco sin preguntar por qué. Evidentemente querían hacer huelga. A lo mejor ni siquiera sospechan que las huelgas se convocan por alguna razón.
- Por lo de Valencia.

Cuando se marcharon los representantes con sus firmas bajo el brazo no pude evitar hacer algunas preguntas. A diferencia de los alumnos de mi tutoría, casi todos mayores de edad, estos chicos de 3º necesitan la autorización de sus padres para poder hacer huelga. El 16 de noviembre tampoco vino ninguno a clase:
- vosotros, ¿qué les contáis a vuestros padres? ¿les decís que "hay huelga", como si fuera algo inevitable, o que "vosotros queréis hacer huelga"? ¿les dejáis claro que la huelga es de los alumnos, que el instituto está abierto y que todos los profesores acuden para impartir sus clases?
- Si, claro, profe.
- ¿Y vuestros padres firman la autorización? Es que me cuesta mucho creerlo.

Finalmente no van a poder disfrutar de su día de huelga, los pobres. La dirección del centro no la ha autorizado por no cumplir el requisito número dos, dado que el lunes y el martes no hay clases por el Día de Andalucía. Otra vez será. Siempre hay motivos para la huelga.

Si tenéis curiosidad, aquí podéis consultar la convocatoria de huelga para el día 29 de febrero.




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domingo, 19 de febrero de 2012

¡Por fin!


Hace 18 años se disputaron en Córdoba dos partidos de cuartos de final de la copa del rey de baloncesto. El primer partido, televisado para toda España, enfrentó al Joventut contra el Tau, con victoria para este último equipo. Recuerdo que a falta de pocos segundos, cuando la victoria del Tau ya era evidente, el público empezó (empezamos) a corear "Tiempo muerto, tiempo muerto, tiempo muerto...". Manel Comas, entrenador del Tau, atendió la súplica y se llevó la consiguiente ovación. Todos queríamos ver como el odioso Zeljko Obradovic, entrenador del Joventut, probaba su propia medicina. Tenía la fea costumbre de solicitar tiempo muerto a pocos segundos de finalizar los partidos cuando la victoria de su equipo era segura, lo que era interpretado por los aficionados como una humillación para el equipo rival.

A continuación se disputó un partido entre el Real Madrid y un equipo gallego cuyo nombre he olvidado. Tuve el privilegio de ver jugar en directo al gran Sabonis. El partido tuvo poca emoción. Desde el principio se vio que no había lugar para la sorpresa y, para disfrute del público asistente, en su mayoría madridista confeso, el partido fue coser y cantar. Luego, en la calle, esperé junto al autobús del equipo a que los jugadores salieran del pabellón. Uno a uno fueron desfilando: Antonio Martín, Biriukov, Sabonis, Arlaukas, Lasa, Santos, Gacía Coll, Antúnez...


Las semifinales y la final se celebraron en Sevilla y ya no pude asistir. Las vi en la tele, como siempre. Ganó el Barcelona. El Real Madrid no pudo revalidar el título conquistado el año anterior.

¿Quién me hubiera dicho entonces que iba a tener que esperar 18 años para ver a mi equipo ganar de nuevo esta competición? ¡Ni que le hubiera echado mal de ojo aquella noche inolvidable! 18 años, casi la mitad de mi vida. En ese tiempo el equipo ha ganado varios títulos, incluida una copa de Europa (con el odioso Obradovic de entrenador, por cierto), pero ninguna copa del rey. Cada mes de febrero una decepción.

Esta tarde me puse a ver el partido con el ánimo de quien se conoce de memoria la película. El Barcelona era clarísimo favorito en los pronósticos y yo no tenía duda de que éstos se iban a cumplir. Empezó dominando el Real Madrid. Engordar para morir, pensé yo. En el segundo cuarto el dominio se asentó con jugadas de auténtico mérito. Se llegó al descanso con nueve puntos de ventaja y aunque el equipo estaba jugando bien, todavía quedaba un mundo y no quería hacerme ilusiones. Tras la reanudación el Barcelona se fue acercando poco a poco en el marcador hasta colocarse a un solo punto a mediados del tercer cuarto. Ya está, pensé, hasta aquí llegamos. Pero no, el día de la marmota ha durado 18 años y ni uno más. Hoy, por fin, Bill Murray se ha despertado al día siguiente y con la compañía de Andy McDowell. El Madrid recuperó terreno en los minutos finales del tercer cuarto. El último cuarto ha sido un paseo hasta los 17 puntos de diferencia definitiva, un homenaje sin nervios ni tensión en el que ha habido tiempo para recordar a tantos buenos jugadores que nunca levantaron este trofeo.

Cuando visité la tienda de la NBA en la quinta avenida (un auténtico paraíso para el adolescente que fui), compré un vaso con forma de canasta de baloncesto y con el escudo de los Boston Celtics. Es un vaso tamaño gigante (tamaño normal para los americanos). Lo tengo reservado para celebrar los títulos de mis equipos de baloncesto (Madrid y Celtics). Y aquí está, casi tres años he tardado en bautizarlo. Por fin.

domingo, 12 de febrero de 2012

Traducciones

Últimamente ando picajoso con los libros que leo traducidos de otras lenguas. Encuentro muchos párrafos mal escritos o sin sentido que inmediatamente atribuyo a una mala traducción. Este verano me exasperó la lectura de Operación Shylock. La finalicé con mucha voluntad pero me quedaron ganas de no volver a leer ningún libro de Philip Roth, ¡uno de mis escritores favoritos!

Pensé que la culpa era de Ramón Buenaventura, el traductor de la novela. Esta es una pequeña muestra con algunas de sus perlas (entre paréntesis el número de página en mi edición de Alfaguara):
  • Poniendo los cinco sentidos en algo que me distrajera de los ansiones de osadía que ahora me asaltaban... (371)
  • Yo soy un hombre sin piedad, que desempeña una tarea despiadada para un país impiedoso (405).
  • o movido tal vez por la ideología del profesionalmente desideológico... (414).
  • cuando terminé el capítulo onceno y me senté a leer el manuscrito completo, hallé en mi interior una extraña sensación de incertidumbre en lo tocante a la verosimilitud del libro. No lograba seguirme creyendo [esa historia] ... (416).
  • declarando haber imaginado aquello que la superinventiva realidad me había suministrado sin cargo alguno, de munífico modo. (417)
  • le lampó la herida con la lengua...(426)
  •  me di cuenta de lo especiosas que eran mis razones para avenirme a hacer lo que él me pedía. (435)
  •  Me gustas mucho, Philip, créasme o no. (447)
  • Venación intelectual. (455)
Durante toda mi vida he leído novelas traducidas y nunca me había incomodado de tal manera. ¿Me estaré volviendo demasiado exigente y puntilloso, incapaz de disfrutar, siempre con la ceja elevada? ¿Me va a suceder con la literatura lo que con el cine? Hace años que no soporto las películas dobladas y prefiero no ver una película si no es en versión original.

Cuando regresé a Córdoba una de las primeras cosas que hice fue comprobar si este señor, Ramón Buenaventura, era el mismo que había traducido las novelas de Roth que tanto me habían gustado. Y no, no es el mismo. El traductor de Me casé con un comunista (obra maestra, para mi gusto), La mancha humana (idem) y El animal moribundo (esta no tanto, pero también buena) es Jordi Fibla. Esto confirmó mis sospechas: el traductor había arruinado la novela de Roth.

Algo parecido me ocurre con Mal de escuela. Hay muchos párrafos y términos que me dan la impresión de no estar bien traducidos, de no transmitir el significado original (a veces, de no transmitir significado alguno). Empezando por el mismo título "mal de escuela". ¿Qué quiere decir? ¿se refiere a algún tipo de patología social generada por el sistema escolar? ¿al fracaso escolar? ¿al aburrimiento? El título original es "Chagrin d'Ecole". No tengo ni idea de francés pero leyendo el libro descubro que el significado se podría resumir como "sufrimientos escolares" o "penas escolares". Ambas opciones son feísimas como título de un libro. Recuerdo una frase de Pablo el parisino en el blog de Muñoz Molina: si la traducción es bella no es fiel, y si es fiel no es bella. ¡Qué trabajo más difícil el de traductor!

En cuanto a mal de escuela, al principio me echaba para atrás el constante uso de la palabra zoquete. ¿Por qué había elegido el traductor, Manuel Serrat, un término tan llamativo y en desuso? Eso me tenía intrigado. En toda mi experiencia escolar, contando los años de alumno y los de profesor, no recuerdo haber escuchado nunca esa expresión. Eres un zoquete. Ese alumno es un zoquete. Nunca. Es más, yo diría que la inmensa mayoría de los alumnos que actualmente pueblan las aulas de España desconocen lo que significa. Cada vez que leo "zoquete" me da la impresión de que me están contando una anécdota de los años cuarenta o cincuenta y no de la última década del siglo pasado.


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viernes, 10 de febrero de 2012

Mal de escuela

Desde que terminaron las vacaciones de Navidad acudo al instituto bajo la influencia de mal de escuela. Que no os asuste el nombre con pinta de diagnóstico de enfermedad depresiva, se trata del título de un libro que estoy leyendo poco a poco, en pequeñas dosis para metabolizarlo mejor.

Lo compré por impulso. Lo vi en la estantería, el precio era propicio (edición de bolsillo), recordaba haber leído las reseñas de cuando se publicó (año 2008) y algún comentario favorable de Fernando Savater. Hojeé el ejemplar y me dirigí a la caja a pesar de haberme prometido no comprar ningún libro en vacaciones, y menos aún en vísperas de Reyes.



Daniel Pennac fue un mal alumno, un zoquete, en palabras del traductor Manuel Serrat. Contra todo pronóstico terminó graduándose e incluso finalizó con éxito sus estudios universitarios de lengua francesa. Con la licenciatura bajo el brazo regresó "al lugar del crimen", a esa escuela en la que tanto había sufrido como alumno estigmatizado por su incapacidad para aprender. Durante 27 años, al mismo tiempo que se convertía en un escritor de éxito, estuvo impartiendo clases de lengua y literatura francesa en centros educativos donde predominaban los alumnos fracasados. Zoquete frente a zoquetes. De eso trata el libro, de sus recuerdos de zoquete, de sus recuerdos enseñando a zoquetes y de las meditaciones que esas vivencias le provocan. Así comunica Pennac sus intenciones a su hermano Bernard:

Anuncio a Bernard que pienso escribir un libro sobre la escuela; no sobre la escuela que cambia en la sociedad que cambia, como ha cambiado este río, sino, en pleno meollo de ese incesante trastorno, precisamente sobre lo que no cambia, en una permanencia de la que nunca oigo hablar: el dolor compartido del zoquete, sus padres y sus profesores, la interacción de esos pesares de escuela.

Así que llevo un mes trabajando en compañía de Monsieur Pennacchioni, sus zoquetes y sus meditaciones. Casi diría que supervisado por ellos.


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martes, 7 de febrero de 2012

La contrarreforma

En poco más de un mes que llevamos de legislatura el gobierno del PP ha presentado numerosas iniciativas destinadas a modificar o derogar leyes auspiciadas por el gobierno de ZP. Es lo que en medios críticos se viene conociendo como "la contrarreforma".

La verdad es que cuando empecé a escuchar este calificativo me pareció excesivo. Al fin y al cabo las modificaciones anunciadas (que esa es otra, no es lo mismo anunciar que legislar. Del anuncio a la ley hay mucho trecho. Habrá que ver cómo se concreta tanto anuncio) venían en el programa del PP. Ahora tiene mayoría absoluta y se dispone a ello. No se podía esperar otra cosa.

Pero hoy, entrando en la página del sindicato CSIF, me encuentro una noticia sorprendente y a la que no encuentro explicación. Aquí podéis leer la nota informativa del sindicato, aquí la noticia recogida por El País y aquí por el ABC.

Uno puede comprender que el nuevo gobierno prefiera que este año no se convoquen oposiciones. Si se pretende realizar una reforma inminente del sistema educativo (otra más, la tercera en menos de una década), tiene su punto de lógica suspender la convocatoria de nuevas plazas hasta tener claro las necesidades que la nueva reforma va a imponer (quizá ya no sean necesarios tantos profesores de tecnología, por ejemplo). Y no sólo comprendo, es que comparto plenamente "la necesidad de revisar el sistema de acceso a la función docente, que permita atraer a la docencia a los mejores profesionales, primando el mérito y la capacidad." Claro que es posible que mi idea de revisión no coincida con la del señor Wert. Una vez más, habrá que esperar a ver cómo se concretan las intenciones. Ya se sabe que el diablo está en los detalles.

Lo que no hay modo de comprender es qué tiene que ver lo anterior con modificar el temario de oposiciones cinco meses antes de que se celebren. Y no lo modifican por uno nuevo inspirado en la reforma "por venir", lo cual todavía podría tener un pase. No, lo sustituyen por el anterior, por el temario inspirado por la LOGSE y vigente hasta finales del año pasado. ¿Lo entiende alguien? ¿Tiene alguna explicación más allá de derogar todo lo aprobado por el gobierno de ZP? Pura contrarreforma y de la peor.

Suscribo la nota del sindicato: este giro del nuevo Ministerio de Educación respecto a los temarios de oposiciones, después de que las organizaciones sindicales tuviéramos una reunión con el Subsecretario de Educación, que en ese momento ya lo debía saber, “sin informar nada a los representantes de los docentes, al menos para escuchar su opinión”, nos sorprende y llena de dudas, ante futuros escenarios de negociación y consulta.

La nueva reforma educativa no podía empezar con peor pie.


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lunes, 6 de febrero de 2012

Alguien tiene que ganar

Hace un par de años un compañero de trabajo me comentó que a él y a su novia les gustaba jugar al póker por internet. Al parecer participaban en competiciones en las que no se apostaba dinero. Me quedé a cuadros. Desde mi práctica ignorancia del asunto, considero que jugar al póker sin apostar es como jugar al fútbol con una lata de refresco en lugar de balón. Nada que ver. Y lo afirma alguien que no ha jugado nunca al póker ni al fútbol.

Poco tiempo después me enteré de que una conocida mía se dedicaba profesionalmente al póker. Se trata de una chica joven, sin llegar a la treintena, con estudios universitarios y ningún antecedente familiar relacionado con el juego. De hecho, en un primer momento la familia reaccionó con disgusto y preocupación. Ahora parece que ya lo han aceptado, especialmente desde que gana cada vez más dinero. Es un trabajo como otro cualquiera, con su horario y sus obligaciones. Debe participar en una serie de partidas on line cada día para mantenerse en el ranking. Periódicamente acude a competiciones "no virtuales" con un grupo de asociados. Hacen bolsa común y así hay "ganancia segura". En resumidas cuentas, que en unos tiempos en los que los jóvenes parecen no tener salida, esta chica ha encontrado una manera de ganarse la vida más que desahogada gracias al póker. Al parecer sus ingresos mensuales superan ampliamente el salario medio de un profesional liberal cualificado.

Esta semana curioseando en la librería de El Corte Inglés me encuentro con esta portada:


Atónito, leo en la contraportada: ¡Es el deporte de moda. Todo el mundo habla de poker! En televisión, en Internet, en la universidad, en la oficina... nadie escapa a la fascinación por el juego de cartas más universal. Y Además, el poker de hoy en día ya no tiene que ver con aquel juego "para tipos duros" característico en las películas del Salvaje Oeste. Ahora el poker lo practica gente normal y es un verdadero fenómeno social al alcance de todos.

Abro el libro y no doy crédito a lo que leo. En una página, resaltado en un margen, encuentro la cita de un desconocido para mí, pero que supongo que será un reconocido jugador de póker: La verdad es que no juego bien pero alguien tiene que ganar.

Devuelvo el libro a su anaquel con dos pensamientos. Primero: vivo en una burbuja y no me entero de la misa la mitad. Segundo: ¿dónde están los perdedores de esta historia en la que incluso los que no saben jugar ganan?

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