Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

martes, 11 de septiembre de 2012

Good Morning!!

Desde que Héctor duerme en su nueva cama tiene la costumbre de despertarnos cada mañana. Lo habitual es que se acerque a uno de nosotros y nos de un beso. A veces trae consigo a su mono y es el mono el que nos da el beso de buenos días. La primera vez que me despertó con un beso, la emoción y la sorpresa compensaron el madrugón (despertarse a las ocho, ocho y media como muy tarde, en vacaciones lo considero "madrugón").

Esta mañana se ha despertado más temprano de lo habitual. Todavía no había amanecido completamente y la casa estaba a oscuras. No lo sentí llegar, no sé si hizo algún intento de darnos un beso antes de comprobar que estábamos profundamente dormidos. Desorientado, tardé unos instantes en darme cuenta de que ese ruido que me despertaba era Héctor a los pies de nuestra cama imitando el canto del gallo.



__

lunes, 23 de julio de 2012

Automatismo

Me quedé de piedra cuando me di cuenta de lo que había hecho. Estaba en la cama, tumbado, leyendo un ensayo escrito por Bruno Bettelheim. Es un libro de pasta blanda y formato pequeño. Una edición de bolsillo con letra diminuta en exceso.

Absorto en la lectura, voy recorriendo las líneas del texto a golpes de vista hasta llegar al final de la página. En ese momento acerco el dedo índice de la mano derecha y pulso la página levemente. No ocurre nada y es entonces cuando me doy cuenta de lo que ha pasado. Y no me lo puedo creer.

Sólo he leido tres novelas y un ensayo en el libro electrónico desde que me lo regalaron en el mes de febrero. Tanto las novelas como el ensayo eran de poca extensión. ¿Cómo es posible que con tan escasa experiencia mi cerebro haya automatizado de tal manera el nuevo mecanismo de lectura? Centenares de libros leidos, treinta años pasando la hoja de papel y, tras apenas una semana de uso intensivo del libro electrónico, el cerebro intenta reproducir el nuevo mecanismo de lectura en un libro de los de toda la vida. No lo hubiera podido creer.


Moraleja: el libro electrónico es comodísimo.

_

sábado, 7 de julio de 2012

Ritual en San Javier

Anoche asistimos al concierto inaugural del Festival de Jazz de San Javier. Hace cinco años que acudimos por primera vez al auditorio del Parque Almansa y aquel día establecimos un ritual que repetimos con gusto en cada ocasión.


Para aquel primer concierto salimos de Cartagena con mucho tiempo de antelación, no fuera a ser que llegásemos tarde por no saber encontrar el camino o no tener donde aparcar. Decir mucho tiempo es quedarse corto. En menos de media hora recorrimos en autovía los 25 km que separan Cartagena de San Javier, localizamos el auditorio y dejamos el coche aparcado en una de las decenas de plazas libres que habían en el parking anexo. A dos horas del inicio no estaban abiertas ni las taquillas. Dimos un paseo por los alrededores: chalets y calles anodinas que desembocan en un polígono industrial. No encontramos ni un sitio apetecible para tomar un refresco o un helado y hacer tiempo.
Regresamos al Parque Almansa dispuestos a esperar pacientemente sentados en un banco a la sombra. El recinto seguía vacío, las taquillas cerradas. Nos llamó la atención una pareja que parecía esperar a que abrieran una puerta. Tenían toda la pinta de ser una de tantas parejas jubiladas de extranjeros que tienen una segunda residencia por la zona. Lo llamativo de la situación es que estaban esperando en una puerta situada en la parte posterior del auditorio, no en ninguna de las puertas señalizadas para que entre el público.

No sé si los extranjeros se percataron de nuestra presencia y también nos observaban con disimulo preguntándose qué haría esa pareja de treintañeros españoles sentados en un banco a semejantes horas, como unos novios de hace medio siglo. De repente la puerta ante la que esperaban se abrió, se asomó un chico con ademanes de portero, los señores mostraron su entrada, el chico les dejó pasar y la puerta se cerró nuevamente. Todo ocurrió muy deprisa.

 

¿Eso qué ha sido? Intrigados y aburridos ante la perspectiva de quedarnos media hora más en el banco sin nadie a quien observar, nos acercamos a la puerta misteriosa. Desde el interior llegaba el rumor de pasos y conversaciones en voz baja. Llamamos golpeando la puerta con palma de la mano. Al cabo de unos instantes salió el chico de antes. Le mostramos nuestras entradas al tiempo que preguntamos tímidamente si se podía entrar. No recuerdo que hiciera ningún comentario. Simplemente rasgó las entradas y cerró la puerta tras nosotros.

Entramos en un patio, situado a la derecha del escenario, habilitado como cantina. Había varias mesas y dos barras, una en la que sólo servían bebida y otra con cocina. Las mesas estaban ocupadas por extranjeros, casi todos parejas mayores como la que habíamos visto entrar. Nos quedamos en una de las barras, la que tenía cocina, un poco intimidados, como si nos hubiésemos colado en una fiesta sin invitación. Pero finalmente pudimos disfrutar de un refresco y una cerveza en un lugar apetecible con buena música de fondo.

Al rato notamos que los extranjeros pagaban sus cuentas y se acercaban a la puerta de rejas que separaba la cantina del auditorio, todavía vacío. Hicimos lo propio. Alguien de la organización dio su permiso y entramos en el auditorio antes que el público que accedía por las puertas señalizadas. Pudimos elegir la localidad desde donde mejor presenciar el concierto (excluyendo las reservadas a los abonados e invitados) sin agobios ni prisas.

Desde entonces siempre que vamos a un concierto a San Javier llegamos con media hora de antelación a la apertura de puertas, entramos por nuestro pasadizo secreto a la cantina y esperamos tranquilamente a que nos dejen pasar tomando una cerveza y anticipando la emoción del concierto. Ese es nuestro ritual.


_

lunes, 2 de julio de 2012

Una reliquia

Hace poco, no recuerdo dónde ni a cuentas de qué, leí el nombre de Carmen Kurtz. Por el contexto inferí que se trataba del nombre de una escritora, nada más. Carmen Kurtz. Tenía la sensación de que no era la primera vez que oía hablar de ella. ¿Tal vez alguna recomendación de Muñoz Molina? Me quedé intrigado pero no lo suficiente como para acordarme de buscar el nombre en la wikipedia al llegar a casa.

Hoy me ha sorprendido Carmen Kurtz donde menos lo esperaba, en la estantería de la que era mi habitación en casa de mis padres. Ahí estaba el nombre, de eso me sonaba, de tantas veces que mi vista se habrá posado en el lomo de ese libro sin ser demasiado consciente de ello.

Duermen bajo las aguas es el título del libro. Edición del Círculo de Lectores, año 1961. El ejemplar pertenece a mi madre. Lo hojeo con curiosidad, buscando alguna reseña acerca de la autora. Merece la pena que reproduzca íntegramente los tres primeros párrafos:

LA AUTORA Y SU OBRA

Carmen Kurtz es acogedora, sencilla y trabajadora. Tiene una hija y una nieta y es viuda desde hace 5 años. Su origen está en una familia de la alta burguesía barcelonesa. Su padre, un hombre abierto, químico y farmaceútico de profesión, un intelectual. Su madre muere joven y su padre se vuelve a casar. Carmen estudia en el colegio Sagrado Corazón y el colegio Loreto.
Siendo niña todavía sufre una enfermedad larga y no prosigue sus estudios. A los 16 años tiene ya novio y enfoca su vida hacia el matrimonio como cualquier mujer de su ambiente y de su época. Pero no se casa hasta los 23 años. Antes tiene tiempo de pasar un año en Inglaterra y de preparar allí una licenciatura en lengua inglesa. Tiene también tiempo de pasar muchas horas con su padre y de sostener con él largas charlas.
A los 23 años conoce a un alsaciano, Pedro Kurtz, y se casa con él. Kurtz trabaja en una fábrica de cervezas. Van a vivir a Alsacia y tienen una hija. A los cinco años estalla la Segunda Guerra Mundial y él es llamado a filas. Carmen envía a su hija a España y entra a trabajar como secretaria en el consulado español. Por fin, en 1942, liberan a su marido y al año siguiente vienen a España. En 1957 Carmen se separa de su marido, que muere cinco años después.

Con esa muestra es suficiente para hacerse una idea del tipo de información que en 1961 era considerada oportuna para definir a "la autora y su obra". ¿Se imaginan una reseña similar en un libro de Torrente Ballester, Cela, Delibes o cualquier otro escritor varón coetáneo? Miguel Delibes es acogedor, sencillo y trabajador. Tiene un hijo y está casado desde hace 23 años... A los 16 años no pensaba en tener novia porque prefería dar paseos por el campo....


_
 

jueves, 28 de junio de 2012

¡He aprobado selectividad!

Hace exactamente veinte años que hice el examen de selectividad (madre mía, veinte años). Por entonces la prueba consistía en ocho exámenes obligatorios (la parte común: comentario de texto, lengua, filosofía e idioma (inglés); y la parte específica que en mi caso fue matemáticas, dibujo técnico, física y química). Ahora la prueba consiste en cuatro exámenes obligatorios (la fase común: comentario de texto relacionado con la lengua y literatura española, idioma (inglés), filosofía o historia (una de las dos, el alumno elige la que prefiera), y otro examen a elegir de entre las materias de la modalidad de Bachillerato que se haya cursado) y en hasta otros cuatro exámenes voluntarios (la mayoría de los alumnos sólo realizan dos, el número máximo de asignaturas que entran en la ponderación para la nota de acceso a las carreras universitarias). Aquí explican mucho mejor la estructura de la prueba.

No hubiera imaginado que algún día me volvería a examinar de selectividad. Es cierto que la semana pasada no tuve que realizar ningún examen en la Facultad de Medicina junto al resto de alumnos de mi centro. Pero de alguna manera sentía que ellos se examinaban por mí, que la calificación que obtuvieran en el examen de Matemáticas era también una calificación indirecta a mi trabajo durante los dos años que les he dado clase. Confiaba en que harían un buen examen pero no las tenía todas conmigo. Más bien estaba convencido de que podían hacer un buen examen pero no estaba tan seguro de que lo hicieran. Al fin y al cabo sólo tres alumnos han venido a las clases de repaso en los días previos. ¿No podía ser eso un síntoma de dejadez? O tal vez estaban concentrados estudiando en casa y no querían perder el tiempo acudiendo a las clases de repaso (sospecho que eso es lo que yo habría hecho si en mis tiempos hubiera habido clases de repaso para selectividad). Ay, cuántas dudas y temores. Eso de examinarse por persona interpuesta no deja de ser un riesgo. Tu trabajo está en manos de lo responsables que decidan ser los alumnos y de la capacidad que tengan para controlar sus nervios ante una prueba que les intimida y a la que nunca antes se han enfrentado.

Entro en la sala de profesores en busca del alivio del aire acondicionado (el habitáculo destinado a albergar los Departamentos de Francés, Latín y Matemáticas es una sauna) y me entero de la esperada noticia: ya están las notas de selectividad. Nervios. Necesito el DNI de los alumnos para poder consultar su calificación. En Dirección me facilitan un listado. Voy consultando uno a uno. La primera sensación es de alivio, no se ha producido ningún desastre, los resultados son aceptables. Pero de inmediato el alivio se convierte en decepción. Vale, los resultados no son malos pero podrían haber sido mejores (De eso me acusan los alumnos, de que nunca estoy completamente satisfecho. Yo les respondo que de ellos siempre espero lo mejor porque sé que pueden llegar a conseguirlo).

Estudio las calificaciones más detalladamente y empiezo a valorar los resultados en su justa medida. La conclusión final tiene más elementos positivos que negativos. A saber:

Son nueve los alumnos de mi tutoría que se han presentado a la Prueba de Acceso. De ellos:
  • Ocho aprueban el examen de Matemáticas (obtienen al menos un 5).
  • Un alumno ha sacado un 10 en el examen de Matemáticas (ole mi Adrián).
  • Cuatro han obtenido más nota en el examen de Matemáticas que en ningún otro de la Prueba de Acceso.
  • Siete han obtenido mejor resultado en el examen de Matemáticas que en la calificación final de la fase común de selectividad.
  • La nota media de los nueve alumnos en el examen de Matemáticas es de 6.18
  • La nota media de los nueve alumnos en selectividad es de 5.40 (lógicamente la nota media sin contar Matemáticas sería todavía más baja).
Según voy asimilando estos datos se despeja cualquier rastro de decepción (aunque sigo pensando que podían ser todavía mejores) y me invade la euforia. Casi me pongo a dar saltos en la sala de profesores: ¡He aprobado selectividad!


_

lunes, 25 de junio de 2012

1936

El verano también ha llegado a Radio3. Hoy, en dos programas diferentes, han puesto dos de las versiones más conocidas de Summertime, la de Janes Joplin y la de Billie Holiday. Ambas me gustan pero me decanto por Lady Day. No creo exagerar si afirmo que habré escuchado su versión de Summertime cientos de veces (no sólo Summertime, claro está, sino todo el disco recopilatorio).


Gracias a Radio3 descubro que Billie Holiday grabó Summertime y The way you look tonight (otra que he escuchado cientos de veces, incluido el día de mi boda) en 1936 cuando apenas contaba con 21 años. En concreto, Summetime fue grabada el 10 de julio de 1936. Ocho días antes del comienzo de la guerra civil. Me parece inconcebible.


Cuesta creer la coincidencia cronológica de dos mundos tan dispares como el de Billie Holiday y el de Moreno Villa. Hace unos años leí la autobiografía de Billie Holiday, Lady sings the blues, publicada en España por Tusquets. Recuerdo pocas cosas: su affaire con Orson Welles, como siendo una niña le impactó la música de Louis Armstrong, la adicción a la heroina, el racismo, una violación, la carcel... Una vida durísima.
Ayer terminé de leer la autobiografía de Moreno Villa, Vida en claro. A Moreno Villa le gustaba la música de jazz tocada por negros. Algo inaudito para una persona de su lugar y su tiempo. Este poema lo escribió en 1929 al poco de regresar de Nueva York, ciudad a la que fue para conocer a la familia de su prometida, una joven judía americana. Las cosas se torcieron y al cabo de unos meses regresó a España solo. La experiencia en Nueva York fue un poco surrealista entre otras cosas porque Moreno Villa sabía hablar alemán y supongo que algo de francés, pero no inglés. En esa época el inglés todavía no era el idioma dominante.

CAUSA DE MI SOLEDAD

No es afán de apartamiento,
sino atención al secreto.
Soy yo mi medio.
No es orgullo ni desdén,
sino hambre de conocer.
Soy pico y pared.
La solución de los otros
no me basta, siendo asombro.
Soy mi piloto.
Quisiera morir habiendo
sido poeta, carpintero,
pintor, filósofo, amante y torero.
¡Ah! Y cantor negro
de un jazz que siento
a través de diez capas del suelo.

Imagino a Moreno Villa a principios de 1937 en EEUU, en el comienzo de su exilio, intuyendo que nunca va a regresar a su tierra, escuchando por la radio a Billie Holiday cantando Sumertime.

_

Pepito Piscinas

Poco antes de la diez de la mañana me encontraba en la piscina del gimnasio. Mil metros en poco más de veinticinco minutos. Disfrutando de la sensación de avanzar en el agua, la calle para mí solo. Las endorfinas hacen su trabajo y la sensación de bienestar se completa al repasar mentalmente lo que me espera en las próximas horas. Se palpan las vacaciones.


A las doce aproximadamente llegamos a la piscina del club. Al entrar en el aparcamiento Héctor exclama desde su sillita: "Esta piscina me gusta". Nos esperan los abuelos, los tíos y los primos. Parece verano. Ahora caigo en que es verano.


A las dos de la tarde, mientras Sonia le da de comer a Hector, bajo a darme un baño a la piscina del residencial. Es una piscina pequeña que apenas frecuentamos (y no frecuentaríamos de no ser por Héctor). Hace un sol de justicia y no hay un resquicio de sombra. El baño no dura más de cinco minutos. Suficiente para batir el record.


Por la tarde fuimos a ver el partido de España a casa de unos amigos en la sierra. La casa tiene piscina. Nos bañamos antes y durante el partido. A las once y cuarto de la noche, cuando salimos de la casa de nuestros amigos, el coche marcaba 26 grados. Veinte minutos más tarde, al llegar a la ciudad, el termómetro del coche alcanzaba los 32 grados.Verano cordobés. He cumplido el objetivo tonto que me marqué esta mañana bajo la influencia de las endorfinas: me he bañado en cuatro piscinas distintas (de instalaciones distintas) en un mismo día. ¡El sueño de cualquier niño!

_

viernes, 22 de junio de 2012

El record de Azofra


Los aficionados al baloncesto habrán reconocido al personaje de la imagen. Se trata de Nacho Azofra, durante tantos años base del Estudiantes y actualmente director deportivo del mismo club. Fue un base original, muy identificado con la afición estudiantil (que le animaba al grito de "Nacho, borracho") y que sabía jugar de una manera cerebral o visceral según lo demandase el partido. Un jugador único, con gran personalidad dentro y fuera de la pista.
Hace poco leí unas declaraciones suyas en las que afirmaba que era más fácil repartir asistencias que fichar americanos. Y es que como director deportivo no le ha ido nada bien. Al punto de que el pasado mes se consumó el temido descenso. El Estudiantes, el Estu, club fundador de la liga de baloncesto, pierde la categoría por vez primera en su historia. Fue noticia en todos los medios. Triste noticia para los aficionados al baloncesto.*

A Nacho Azofra lo vi jugar en directo una vez. Fue en junio de 2005, en un partido del play-off de semifinales que enfrentaba al Estudiantes y al Real Madrid. El Estudiantes actuaba de local y fue un recuerdo inolvidable, por el juego en sí, por el ambiente en el coso (se jugaba en la plaza de toros de Vistalegre), por la carrefourada y por Juan. Ese partido también lo jugaron Herreros, Reyes, Jiménez, Suárez y Rodríguez, últimos superclases salidos de la cantera colegial. Y Louis Bullock, símbolo involuntario e inesperado de este trágico final de temporada. Estas son algunas de las fotografías que tomé aquel día:















Hoy recuerdo a Azofra con motivo de un record que ostenta. No se trata de un record conocido ni publicitado. Siempre se suele recordar al jugador que más puntos encestó, al que más rebotes atrapó, al que más tapones infringió, al que más asistencias repartió e incluso al que más partidos jugó. Nacho Azofra no es el primero en ninguna de esas categorías, aunque en alguna está cerca del podio. Jugó 705 partidos (el record lo tiene Rafael Jofresa con 758), 15.104 minutos (por 20.217 de Joan Creus), anotó 4.079 puntos (muy lejos de los 9.757 de su ex-compañero Alberto Herreros), capturó 1.432 rebotes (tampoco se acerca a los 4.277 de Granger Hall), repartió 2.221 asistencias (le gana de largo Pablo Laso con 2.879), recuperó 787 balones (1.212 recuperó el actual entrenador del Real Madrid) y taponó cinco lanzamientos en sus diecinueve temporadas en la liga ACB.

Todos los records mencionados en el párrafo anterior son meritorios pero dudo que ninguno llegue a ser más longevo que el record de Nacho Azofra. El gran base estudiantil llegó a jugar 584 partidos oficiales consecutivos, es decir, estuvo casi doce temporadas sin perderse un solo partido. Impresionante. Me sorprende que este record no esté recogido en las estadísticas de la ACB, ni tan siquiera en la ficha del jugador. Para conseguir una hazaña de este tipo es necesario la confluencia de, al menos, cuatro factores. A saber:
  1. Disciplina personal. En el caso de un deportista, si no cuida su cuerpo es imposible que pueda aguantar tanto tiempo sin algún tipo de percance. Paradójicamente, Azofra ha pasado a la historia como ejemplo de amateurismo, de alguien que parecía no tomarse en serio su profesión. "Nacho, borracho", le gritaban los dementes. El propio Azofra declaró en una ocasión: "nunca tuve la sensación de que esto se convertiría en una profesión y encima tan duradera, incluso estando en el primer equipo no era demasiado consciente de que mi futuro estaría ligado a este deporte". La clave nos la da Pepu Hernández: "A Nacho Azofra le entrene durante cuatro o cinco temporadas en su etapa de formación. Prácticamente le he visto crecer baloncestísticamente. Siempre ha sido un jugador muy especial porque entiende el juego como algo creativo. No especialmente sujeto a reglas, pero dentro de una disciplina personal muy arraigada en él y que le daba una gran personalidad aun siendo muy joven."
  2. Gusto por el juego. Hay que divertirse y no olvidar el espíritu de patio de colegio. Ser consciente del privilegio que supone hacer lo que uno quiere. Disfrutar de esa libertad y esa responsabilidad. Creo que Nacho Azofra simboliza como muy pocos jugadores esta virtud.
  3. Talento. Para llegar y mantenerse, claro. Para que el entrenador confíe en ti partido a partido una cifra inimaginable de veces.
  4. Suerte. Muchiiiiísima suerte. Incluso sin considerar el hecho tremendamente afortunado de no tener lesiones traumáticas en un deporte de tanto contacto y de tanto sufrimiento para las articulaciones como el baloncesto, ¿quién en doce años no ha tenido ni una gripe o una gastroenteritis que recomendase reposo en algún partido anodino de la liga regular? Hay que tener una suerte increible para que nada te impida jugar 584 partidos oficiales de manera consecutiva.
El record de Azofra es uno de los records deportivos que más me han impresionado y quizás el que más tengo presente. Hoy lo menciono porque yo también he conseguido batir un record personal. Mucho más terrenal y accesible pero tampoco fácil. En mi octavo curso como profesor he conseguido por primera vez asistir a clase todos y cada uno de los días. Desde el 15 de septiembre hasta el 22 de junio nada me ha impedido cumplir con mi trabajo. Ninguna dolencia física, ningún problema familiar (el año pasado tuve que faltar algunos días por enfermedad de Hector), ninguna celebración (ni permiso de paternidad, ni permiso por matrimonio), ningún examen oficial que realizar en horario de clase. Nada. Día tras día he conseguido el objetivo con algo de disciplina personal, un poco de gusto por el juego, una pizca de talento (espero) y mucha, mucha suerte.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
* Finalmente el Estudiantes no va a descender. El Club de Baloncesto Canarias 1939, que deportivamente se ganó el ascenso de categoría no puede hacer frente al canon que exige la ACB (casi cinco millones de euros) para poder participar en la liga. Así que la plaza que no va a ocupar el CB Canarias 1939 se la han ofrecido al Estudiantes que la ha aceptado. Una pena. El Estudiantes ya no podrá abanderar el espíritu romántico e idealista que siempre le ha acompañado. ¿Cómo hacerlo, sabiendo que no va a jugar en la máxima categoría por méritos deportivos sino por poseer una cuenta bancaria desahogada? Con estos antecedentes, ¿podrá "la demencia" seguir acusando de peseteros a los jugadadores del Real Madrid?

_

miércoles, 20 de junio de 2012

Poptimismo a granel

En la radio del coche sólo se sintonizan dos emisoras. Por defecto, Radio3. Da igual horario y programa. Siempre alegra el ánimo. En caso de partido de fútbol me mudo al Carrusel Deportivo de la COPE (Sí, ya sé que el nombre del programa es otro, pero para mí siguen siendo "los del carrusel deportivo").

Esta mañana en Hoy empieza todo, Ángel Carmona estaba entrevistando a los componentes de The Birkins, un grupo canario de música pop. La entrevista se acompañaba con canciones tocadas en directo en el estudio.


Un música agradable pero, sin ánimo de ofender a los artistas, me parecían más interesantes sus respuestas a las preguntas de Ángel Carmona (un auténtico maestro del género. No le recuerdo ninguna entrevista aburrida y le llevo escuchadas un montón, casi siempre a personajes de los que nunca he oído hablar). Así me entero de que el objetivo del grupo es el pop optimista, el poptimismo. Me caen bien los chicos de The Birkins (el nombre es en honor de la cantante y actriz Jane Birkin). Muchas veces, escuchando a otros grupos nuevos, me pregunto, ¿por qué lo llaman indie cuando quieren decir pop? Parece que la música pop es vulgar, comercial, para oyentes sin cultura musical. Indie, en cambio, es sinónimo de guay, alternativo, culto, auténtico.


Poptimismo, qué gran hallazgo. Con esa idea me sumerjo en la piscina y nado mil metros seleccionando mentalmente canciones que siempre que las escucho me alegran el día. Especialmente cuando suenan de manera inesperada. He aquí parte de esa selección. Aviso para gourmets musicales: nadie espere ninguna joya desconocida. Son todas canciones archiconocidas, emitidas una y otra vez en cualquier radio fórmula. Lo que todavía les añade otro mérito: no se gastan, no pierden la capacidad de emocionar con el uso y el paso del tiempo.

1.- No surrender. Bruce Springsteen. Me quedé con las ganas de que la tocara en Sevilla. Por lo visto sí que la tocó en Madrid, en el maratoniano concierto del pasado domingo. Desde luego, Springsteen no se ha rendido ni se ha acomodado. Now I'm ready to grow young again, dice la canción. A fe que lo ha conseguido. A los 63 años hace falta tener algo más que espíritu juvenil para dar un concierto de tres horas sin parar un minuto de dar saltos y con un calor insoportable.

2.- I will survive. Gloria Gaynor. Esta canción me trae recuerdos inmejorables.


3.- Ahora que ya se huelen las vacaciones los chicos de la playa vienen que ni pintados. No soy capaz de decidirme por una y no tengo por qué. Wouldn´t it be nice y Good vibrations. No os perdáis los vídeos, sobre todo el primero:



4.- Ain´t no cure for love. Leonard Cohen. La alegría de estar enamorado. La felicidad de ser correspondido. Leonard Cohen lo expresa mucho mejor, claro. Por algo es Premio Príncipe de Asturias de las letras. I've got you like a habit and I'll never get enough ... And I call to you, I call to you, but I don't call soft enough.


5.- Friday I´m in love. The Cure. Lo ves en los alumnos: dormitan de lunes a jueves, pero entonces llega el viernes, San Viernes, como lo llaman y...


6.- Girls just want to have fun. Cyndi Lauper. Los chicos también queremos divertirnos, que conste. El vídeo ochentero también sube el ánimo. Esas calles de Nueva York.




7.- Faith. George Michael (con pintas de Lorenzo Lamas que no sabe qué hacer con la guitarra). La parte instrumental que suena a partir del minuto 2.20 es la que eligió Ramón Trecet para los títulos de crédito del mítico programa "cerca de las estrellas". Programa, por cierto, que emitían los viernes de madrugada. Otra razón para celebrar San Viernes.


8.- You can´t hurry love. The Supremes. Si se pudiera destilar poptimismo químicamente puro el resultado no sería otro que Motown. Difícil quedarse con sólo una canción:



9.- I want to hold your hands. The Beatles. Vaya, en el punto anterior se me ha colado la versión melenuda de Please Mr. Postman. Si es que ya no sabía cómo meter al cuarteto en la lista. Bueno, pues me he quedado a gusto. Ya son dos:


10.- Got my mind set on you. George Harrison. El beatle oculto por el megatalento de sus compañeros. El más joven. Un adolescente en Hamburgo, mediatación y sitar. Entre muchas cosas debemos agradecerle que produjera esa obra maestra que es La vida de Brian. A George Harrison le falta un buen biógrafo. El documental de Scorcese fue muy decepcionante. El bueno de George también sabía componer preciosas canciones pop, ligeras y pegadizas:


11.- Always look on the bright side of life. Monty Python. Que mejor manera de terminar esta entrada (ay, me podía quedar unas cuantas horas más seleccionando canciones) que con el mejor final de la historia del cine. Una curiosidad: se supone que los cruzificados deberían llevar puesto sólo el taparrabos. Pero el día del rodaje hacía frío y viento (esto último se aprecia) así que John Cleese y algún otro se negaron a desnudarse. Por eso están cruzificados con la túnica puesta, para no pasar frío. No lo olviden, amigos, siempre hay que mirar el lado positivo de la vida. Y si uno está de bajón nada como una dosis de poptimismo.



__

domingo, 17 de junio de 2012

Quechua

Tiene nombre de valquiria o de princesa germánica. Nada que ver con su aspecto de india del Amazonas. Ecuatoriana, supuse la primera vez la vi, hace casi dos años. Boliviana en realidad.

- E, ¿a ti qué te gustaría estudiar?
- Arquitectura.
- Me han dicho que es una carrera dura (se me escapa el comentario, del que me arrepiento en seguida. No puedo evitar pensar en lo que le cuesta a E aprobar las matemáticas. Llega al cinco raspado con un esfuerzo admirable).
- En mi país no es tan difícil. Me gustaría construir casas allí.
- ¿Te gustaría regresar a Bolivia?
E no responde. Me sonríe como si no estuviera segura de la respuesta. O a lo mejor no quiere contarme lo que piensa. No parece estar entrenada para soltar una mentira piadosa y salir al paso de preguntas indiscretas.
- ¿Naciste aquí o allí?
- Allí.
- ¿Y con qué edad llegaste a España?
- Con diez años (ahora tiene quince o diciséis).
- Vaya, entonces sí que tienes muchos recuerdos de Bolivia. ¿Echas de menos a tus amigos, a tu familia?
E vuelve a sonreir. Al final contesta:
- A mi abuela, pero no la entiendo.
- ¿Cómo?
- Sí, profe, que a mi abuela no la entiendo porque sólo habla quechua. Es muy raro y no la entiendo.

La conversación se prolongó un rato más pero yo ya no estaba concentrado en ella. Si me hubiera enterado de que la abuela de E nació en Marte no me hubiera impresionado más.

_

lunes, 11 de junio de 2012

Hace casi un siglo

La política me obligaba a vivir en tensión, como si cada día se salvase por milagro. Todo estaba pendiente de un hilo. Y, sin embargo, recuerdo esos años como apacibles. Sin duda porque había conseguido un trabajo público agradable y una situación económica suficiente para mis necesidades. Nunca llegué a ahorrar nada; el último día del mes gastaba el último céntimo.

José Moreno Villa

_

domingo, 10 de junio de 2012

Despedida extraña

No me apetecía ir. Hace años que no voy a ninguna comida ni cena "de empresa", salvo las que celebramos de manera informal en el propio centro de trabajo. En estas ocasiones algún compañero se brinda a cocinar una paella o unas migas y por un módico precio echamos un buen rato en el taller de arte. Todos de pie, en corrillos, charlas con unos y con otros haciendo equilibrios para que no se te caiga el arroz del plato de plástico que sostienes precariamente con una mano (la otra mano se alterna en el uso del tenedor, el vaso, la servilleta, el pan y lo que se tercie). A esas comidas sí me apunto.

Lo que no me apetece es pagar 50 € por estar sentado dos o tres horas en un local cerrado, esperando a que traigan el siguiente plato, intentando mantener algún tipo de conversación amena con las dos o tres personas más cercanas en medio de un griterío generalizado. Y para colmo al día siguiente estoy para el arrastre. No, no y no. El motivo de la cena era la graduación de los alumnos de Bachillerato y Ciclos de grado superior. He trabajado muy a gusto con los alumnos de mi tutoría durante estos dos años (los dos años que yo llevo en el instituto, los dos años de su bachillerato), pero especialmente en este último. No quería hacerles el feo de no acudir a la cena de su graduación. Así que hice de tripas corazón y pagué en su honor los 37 € del menú (precio de crisis) dispuesto a soportar la cena lo mejor posible.

A las siete de la tarde empezó el acto de graduación propiamente dicho. Alumnos vestidos de gala; las chicas con tacones imposibles, algunos chicos manifiestamente incómodos con la chaqueta y la corbata. Parecían no saber cómo acomodar los brazos. Familias y profesores con ropa de diario. Si acaso con un afeitado más cuidado y una camisa un poco más vistosa de lo habitual. Todos  reunidos en el patio del instituto, dispuestos a escuchar los discursos (más o menos elocuentes pero todos emotivos) y a aplaudir la imposición de becas y entrega de orlas.

Después una copa de confraternización en el otro patio. Profesores felicitando a alumnos y padres. Padres y alumnos agradeciendo su trabajo a los profesores. Todos felices repartiendo sonrisas, piropos y parabienes. Una fiesta de autocelebración: ¡Lo hemos conseguido! El éxito de los alumnos también es vivido como propio por familias y profesores. El chorro de alegría resulta balsámico, especialmente después una semana de exámenes finales y sesiones de evaluación de una tensión inaguantable.

A las diez y media comienza la recepción en el hotel Alfaros. En un patio con piscina sirven los aperitivos. Es enternecedor escuchar los comentarios entusiasmados de alumnos que nunca antes habían entrado a un hotel de esa categoría. Me sorprende y desborda el cariño con el que nos tratan los alumnos. Incluso se disputan los asientos libres en la mesa que tenemos asignada los profesores que les hemos dado clase.

Una vez que entramos en el salón para cenar ocurre lo de siempre: el ruido del ambiente me aisla. Esta vez no es un aislamiento incómodo. Más bien melancólico. Observo uno a uno a los chavales con los que he compartido gran parte de mi tiempo en los últimos dos años. Casi un tercio de mis horas lectivas en este periodo (5 horas de 18 el curso pasado; 6 horas de 18 en este). La proporción aumenta notoriamente si incluyo las horas no lectivas: reuniones con padres, charlas por los pasillos, alguna excursión... Los observo y no puedo reconocer a los alumnos que han sido hasta hace una semana. De repente los veo mayores, casi adultos. Sé que es un espejismo provocado por los trajes que visten y las circunstancias del momento pero no me cuesta nada imaginarlos con treinta años. Me gustaría saber qué va a ser de sus vidas.

Mirando a mi alrededor, sumido en estos pensamientos, me fijo en Paco, un compañero de Departamento al que estimo y que se traslada a otro centro el próximo curso. Un excelente compañero, un profesional como la copa de un pino que siempre estaba dispuesto a echar una mano y que me ha ayudado mucho en estos dos años. También lo echaré de menos. Caigo en la cuenta de que por primera vez desde que soy profesor me tengo que despedir de gente que se va mientras yo me quedo. Hasta ahora había sido al revés, yo me iba y los demás se quedaban (o también se iban, pero a efectos prácticos era lo mismo. La despedida radicaba en que yo me iba, dejando atrás alumnos, compañeros, centro e incluso localidad). Parece que las despedidas son más tristes cuando son los demás los que se van.

Los camareros sirven cava. Reúno a los alumnos de mi tutoría para proponer el último brindis. No recuerdo qué dije pero sí lo que quise decir. A pesar de que en estos dos años hemos tenido algunos disgustos, cosa inevitable, lo cierto es que tengo que agradecerles su comportamiento en todo este tiempo. Han formado un grupo de una gran calidad humana, que va a dejar un buen recuerdo en todos los profesores que le hemos dado clase. Los voy a echar de menos. El curso que viene se me va a hacer extraño acudir al instituto y no darles clase ni verlos por los pasillos. Les deseo lo mejor.

__

martes, 29 de mayo de 2012

La mala educación

Creo recordar que fue Charles Dickens quien escribió en Una historia en dos ciudades aquello de "Le tocó vivir tiempos difíciles... como a todos los hombres". La frase me vino a la cabeza hace una semana, en la charla que les dieron a los alumnos de 2º de Bachillerato para informarles sobre los ciclos formativos de grado superior. No hay duda, a estos chavales les va a tocar vivir unos tiempos difíciles. El futuro se anuncia negro.


Perspectivas de la evolución del PIB español

Hablemos de los alumnos de 2º de Bachillerato nocturno. Teníamos puesto el examen de la tercera evaluación el pasado 22 de mayo. Cuando se convocó la huelga en el sector educativo para ese día les sugerí la conveniencia de cambiar la fecha del examen (sólo se podía adelantar, puesto que el 22 era el último día lectivo con clase de Matemáticas). Se negaron en rotundo porque, según ellos, la semana previa la tenían completa de exámenes y no podían dedicar tiempo a estudiar Matemáticas. Yo no pensaba secundar la huelga así que la fecha bien se hubiera podido mantener, pero no quería correr el riesgo de que ocurriese algún inconveniente y el examen no pudiera celebrarse con normalidad, sabiendo que no había ninguna posibilidad de volver a realizarlo más adelante.

Llegamos al acuerdo de poner el examen el lunes 21 a las 16.30, fuera de mi horario de trabajo. Así se hizo. Cuando entregaron el examen los alumnos me preguntaron que para cuándo tendría las notas. "Mañana", contesté, "venid a clase y podréis ver vuestros exámenes corregidos y resolvemos las dudas que tengáis sobre el examen de suficiencia" (El examen de suficiencia es mañana, martes 29).


Evolución del mercado laboral español
"Pero es que mañana no tenemos por qué venir. ¿No podrías mandarnos las notas por correo electrónico?" Me quedo tan asombrado con la propuesta que no consigo reaccionar. Cuando salgo de mi estupor ya se han marchado. Parece mentira que después de casi nueve meses de decepciones, todavía sean capaces de decepcionarme una vez más. Debo ser un iluso sin remedio.

No les informé de la nota por correo. De hecho estuve a punto de no mandar correo alguno. Pensé en pinchar la información en el tablón de anuncios. La enseñanza de adultos es presencial y el que quiera informarse que mueva el culo y se acerque al centro. Finalmente les mandé un correo con la lista de los alumnos que se tienen que presentar a suficiencia (todos menos dos). No quiero que luego digan que no estaban enterados (aunque sea su responsabilidad asistir a clase para enterarse).


Parados con una o más carreras universitarias
Hablemos de M, un alumno que podría aprobar el curso muy tranquilamente. El año pasado le quedaron Lengua y un trimestre de Matemáticas para septiembre. Los recuperó sin problemas. Siempre va al mínimo esfuerzo. A trancas y barrancas, apurando todas las recuperaciones llega a la última evaluación sin materia pendiente. Entonces vuelve a relajarse. El día 11 de mayo tuvimos el examen final de la 3ª evaluación. Lo entrega en blanco. El día 18 de mayo, sólo siete días más tarde y después de estar toda la semana pagando clases particulares (según confesión propia), se queda a medio punto de aprobar. Hoy, 28 de mayo, tenía la última oportunidad antes de septiembre de aprobar la materia. Sólo tenía que estudiar la 3ª evaluación. No se ha presentado al examen ni nadie de su familia se ha puesto en contacto para notificar su ausencia.


Habría que añadir el porcentaje de ninis que están matriculados en alguna enseñanza oficial

Hace más de un mes Jefatura de Estudios me entregó un borrador con el calendario de exámenes finales de 2º Bachillerato. En ese borrador estaba previsto que hoy se celebrasen los exámenes de Inglés y Matemáticas. Los alumnos de mi tutoría, al ser informados, me pidieron que por favor no coincidieran estas dos asignaturas el mismo día. Trasladé su sugerencia a Jefatura y se tomó en cuenta. El calendario oficial se publicó el día 4 de mayo. Informé en clase y se pinchó un cuadrante en el tablón que hay en el aula junto a la pizarra (si bien es cierto que el cuadrante desapareció al poco, pero hay más cuadrantes en diversos tablones por los pasillos). Esta mañana cuatro alumnos se han presentado al examen de Inglés, que está previsto para mañana. El examen de Geografía, que es lo que tocaba en ese momento, lo han entregado en blanco porque pensaban que lo tenían mañana (¿y cuándo tenían pensado empezar a estudiar Geografía, digo yo?).

Ni estudian Ni trabajan
P y L, dos alumnas de mi tutoría. Vienen a buscarme esta mañana al departamento porque quieren hablar conmigo. El examen de Matemáticas es dentro de una hora:
- Profe, queríamos preguntarte una duda que tenemos.
- ¿Cuál?
- Es que pensamos que no hemos estudiado lo suficiente. ¿Qué hacemos? ¿Nos presentamos al examen?
- No entiendo bien la pregunta. Esto no es como la Universidad, aquí no corre convocatoria. No perdéis nada por presentaros.
- Pero es que no sabemos si vamos a saber hacerlo y para dejarlo en blanco...
- La mejor forma de comprobar si sabéis hacerlo es intentar hacerlo.
- Sí pero es que...
- La decisión de presentarse o no al examen es vuestra. Es una decisión personal. Yo no conozco vuestras circunstancias ni sé cuánto tiempo habéis dedicado al estudio, ni lo mal que os puede hacer sentir un examen para el que pensáis que no estáis preparadas. Yo os aconsejo que os presentéis. A partir de ahí es vuestra decisión y vuestra responsabilidad.
Una hora después ninguna de las dos se encontraba en el salón de actos.


Graduados en segunda etapa de educación secundaria
Estamos hablando de alumnos que tienen 18 años en el mejor de los casos y 21 en el peor ("adultos"). Alumnos que son la élite del centro. Son los que han conseguido llegar al último curso del Bachillerato. No estamos hablando del altísimo porcentaje de alumnos que abandonan sin el título de la ESO ni de los que deciden finalizar sus estudios con ese título. No deja de sorprenderme la nula responsabilidad que quieren aceptar incluso sobre su propia vida. ¡Vienen a buscarme para que les "de permiso" a no hacer el examen! Están deseando que alguien tome la responsabilidad de decidir por ellos.


Panorama de la educación 2011

Las estadísticas que estoy insertando me las ha facilitado el compañero de ciclos que dio la charla mencionada a los alumnos de 2º de Bachillerato. Están sacadas de la presentación con la que fue ilustrando sus explicaciones.


Nivel de formación de la población adulta
Es verdad que son tiempos difíciles, que el panorama es desolador. Es cierto que los chavales son víctimas de la pésima educación que les hemos dado. No me refiero sólo a la falta de conocimientos curriculares (que también), sino a la falta de autonomía, al poco dominio del lenguaje (no hablemos de idiomas extranjeros), a la falta de disciplina y esfuerzo para conseguir sus objetivos, a su absoluta falta de asunción de responsabilidades.

Pero también es cierto que estos chavales han tenido (y tienen) más oportunidades y más recursos a su disposición que ninguna generación anterior de españoles. Y también es cierto que llega un momento, una edad, en el que uno es responsable, aunque sólo sea en parte, de lo que le sucede. Estos chicos, la mayoría de los que conozco, tienen en sus manos la posibilidad de un futuro mejor. Y deciden desperdiciar esa oportunidad. Lo deciden ellos solos, sin que ningún recorte educativo se lo imponga.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Noticias encadenadas


Ayer los medios locales traían en primera plana una fotografía como esa. Córdoba bate el récord de sevillanas, titulaba El Día de Córdoba. El periodista R. de la Haba se mostraba un poco más excéptico en su crónica del Diario Córdoba: Nadie vio a ningún jurado del Guiness, aunque la organización juraba que haberlo lo había. Nadie lo subió tampoco al escenario de la Caseta Municipal, que hubiera sido lo suyo para evitar suspicacias. Pero el speaker , tras preguntar al notario Rafael Díaz-Vieito --buscado y llevado de urgencia porque, dijeron, falló el titular y que, por esa misma circunstancia, llegó casi una hora después de que se hubieran atacado las sevillanas para batir la marca--, proclamó que Córdoba había conseguido el nuevo récord Guiness de parejas bailando sevillanas al mismo tiempo y en el mismo lugar. Pues vale. El Guiness dirá. De momento, lo que el señor notario certificó es que había habido "exactamente" 780 parejas bailando, aunque hay que insistir en que en teoría no las vio, sino que lo hizo en base a los boletines de suscripción. Pues vale. El Guiness dirá si el anterior récord, que ostentaba Sevilla con 652 parejas, se ha barrido. Mientras tanto, para dar fe de que fue así, además del notario, subieron al escenario Rafael Jaén y Amelia Caracuel, los delegados mano a mano de Festejos para esta Feria, y el agente 9041 de la Policía Local. "Llevo aquí desde las tres de la tarde y doy fe de que ha venido mucha gente", dijo, más o menos, en medio de un murmullo de sonrisas entre los presentes a un acto promovido por Pascual González y Los Cantores de Hispalis, y respaldado por el Ayuntamiento, que comenzó ilusionante y acabó, por todo lo dicho, con un sabor a chapuza innecesario. Y habrá que insistir en que a lo mejor solo fue la impresión, pero nadie la disipó. Nadie vio a nadie del Guiness. Y el Guiness dirá. Y no necesariamente en playback , como también sonaban, quizás solo sonaban, quizás solo fue una impresión, las sevillanas.

Después del fiasco de la capitalidad cultural y de que en la UNESCO no supieran apreciar los patios cordobeses en su justa medida, ahora sólo faltaba que los del récord Guiness no certificaran que somos los más marchosos de toda andalucía. ¡El mundo en nuestra contra!


Los periódicos de hoy recogen la noticia de la huelga de ayer. Así me entero de la iniciativa que algunos alumnos de la UCO (no se informa de cuántos) están llevando a cabo para protestar por los recortes. Mantuvieron un encierro la noche previa a la huelga en la Facultad de Educación. Ahora anuncian que piensan retomar el encierro el día 29 de mayo y en esta ocasión lo harán de manera indefinida. Y uno se pregunta, ¿por qué esperar al día 29? ¿a qué viene este anticlímax del espíritu reivindicativo? ¿acaso necesitan acaparar víveres dado el carácter indefinido del nuevo encierro? Entonces caigo en la cuenta de que la Feria termina el domingo 27 de mayo. Lunes de resaca y martes a encerrarnos en la Facultad. ¡Qué buen plan! Bastante sacrificio hicieron los encerrados no pudiendo participar el lunes por la noche en la conquista del récord Guiness de sevillanas. No se les puede exigir más.


Otra de las noticias del día ha sido el último disparate de la presidenta de Madrid. La bombero pirómano, encantada de haberse conocido y jactándose de decir las cosas tal como las piensa, sincera y honesta a la par que liberal. Lo que está claro es que esta señora no es ni inútil ni estúpida. Seguramente piense que los españoles podríamos estar preocupados por las consecuencias que nos puede traer la desviación en el déficit de la comunidad que preside, o por la reciente nacionalización de Bankia o incluso por los recortes educativos de los que ella es adalid y precursora. Todos asuntos espinosos, en los que la señora presidenta tiene una acusada responsabilidad, y que están comprometiendo nuestro presente y nuestro futuro. Pero no, por lo visto el verdadero problema que tenemos es que los aficionados del Barca y el Athletic puedan pitar el himno nacional en la final de la Copa del Rey. Hay que tomar medidas urgentes. ¡Que se suspenda el partido!

¿Qué mejor manera de desviar la atención? Si al final van a tener razón sus botafumeiros, esta mujer tienen una mente brillante. Fútbol y nacionalismo bien mezclados. ¿Hay mejor opio para el pueblo?


Pues sí. Fútbol y Feria bien mezclados. FF. Hoy resaltan los periódicos locales la victoria del Córdoba frenta al Cartagena, dejándo al equipo, a falta de dos jornadas por disputarse, en situación muy ventajosa para acceder a los playoffs de ascenso a Primera. El estadio de fútbol Nuevo Arcángel está situado en el recinto ferial, así que los aficionados pueden disfrutar de la Feria antes y después del encuentro. El próximo domingo día 27 el Córdoba juega en su estadio el penúltimo partido de liga. Es el último día de feria. Si el equipo gana es posible que se asegure matemáticamente la plaza en los playoffs. ¿Se puede pedir más, celebrar una victoria histórica de tu equipo en la Feria? No, no se puede. La resaca también será histórica. Menos mal que los estudiantes de la UCO lo tienen todo bien pensado y hasta el martes 29 no reanudan las reivindicaciones. Los recortes son los recortes pero lo importante es lo importante.

_


martes, 22 de mayo de 2012

Otra huelga

En apenas dos años he sido convocado a cuatro huelgas.

La primera de ellas fue el ocho de junio de 2010. Estábamos convocados los funcionarios de todas las administraciones para protestar por los recortes de Zapatero, particularmente por la famosa bajada de sueldo. Fui de los pocos que secundó la huelga. He de decir que me sorprendió el escaso seguimiento. Tanta protesta en la cafetería, tanto rajar de ZP y a la hora de hacer pública y notoria la protesta todo el mundo fue a su trabajo como si tal cosa. Moraleja: se puede bajar los sueldos de los funcionarios y no pasa nada. Es más, el gobierno de Griñán acaba de tomar exactamente la misma decisión sabiendo que le va a salir gratis, políticamente hablando.

El resultado es que después de la huelga ni se nos restituyó el sueldo (es más, como digo, nos lo han vuelto a bajar sin que ningún sindicato alce la voz) ni se continuaron las movilizaciones para conseguir este objetivo. Y esto es lo que no consigo entender. ¿Para qué se convoca una huelga? ¿Sólo para manifestar digusto hacia las medidas del gobierno? Vamos, por favor, hay muchas otras formas de manifestar digusto (véase 15M, por ejemplo). No es necesario perder un día de trabajo (y de sueldo).

Las dos siguientes, el 29 de septiembre de 2010 y el 29 de marzo de 2012 fueron huelgas generales. No secundé ninguna. Ni siquiera me lo planteé. Me había dejado muy mal sabor de boca la primera experiencia.

Hace dos o tres semanas los sindicatos convocaron para hoy una huelga en todo el sector de la enseñanza pública, desde infantil hasta la universidad. El motivo es protestar contra los recientes recortes educativos. En defensa de la enseñanza pública. Yo también estoy por la defensa de la enseñanza pública pero creo que para convocar una huelga es necesario que se den una serie de factores que ahora no se están dando.

Como ya escribí aquí, pienso que una huelga es un recurso de presión que tienen los trabajadores para mejorar sus condiciones laborales. Es un recurso que supone un coste importante a todos los afectados. Supone un coste para los clientes o beneficiarios del servicio que dejan de recibirlo, supone un coste para los empresarios que pierden oportunidades de negocio o cancelaciones de contratos, supone un coste político para la Administración que está obligada a ofrecer unos servicios públicos de calidad, supone un coste para los trabajadores que dejan de recibir su salario durante el tiempo que dure la huelga, y también supone un coste para el conjunto de la sociedad que sufraga mediante los impuestos unos servicios e infraestrucuturas que no se utilizan o se infrautilizan durante la huelga.

En resumen, una huelga nunca es deseable y precisamente por estas razones es siempre el último recurso en una negociación o en una reivindicación. Antes de llegar a la huelga (y en todo caso al mismo tiempo que se hace huelga) se deben llevar a cabo una serie de acciones tales como elevar propuestas, entablar negociaciones, convocar reuniones informativas, redactar manifiestos, convocar y asistir a manifestaciones, implicar en lo posible al conjunto de la sociedad en la resolución del conflicto, organizar campañas de protesta, etc, etc. El abanico de posibilidades es amplio.

Como todo último recurso no deseado, una huelga sólo debe ser convocada cuando hay consenso entre los trabajadores sobre su utilidad y cuando estén dispuestos a realizar los esfuerzos necesarios (incluidos los económicos) para conseguir el objetivo. Una huega, aislada, para protestar, no sirve de nada. Si de verdad se pretenden conseguir los objetivos es necesario quemar las naves. No hay vuelta atrás. Se convoca una huelga de una semana, y si al cabo de la semana el gobierno no se sienta a negociar se amplía la huelga a la semana siguiente. Así se presiona para conseguir los objetivos, que es para lo que debería servir una huelga. Para protestar, ya digo, hay otros métodos menos costosos e igual o más efectivos.

Tampoco estoy conforme con los motivos que sustentan la huelga de hoy. Me explico. Como escribí en este mismo blog hace tiempo: la mayoría de la sociedad asiste inpertérrita a los recortes sociales como si fueran simples conflictos laborales. No debería ser solo el personal sanitario de Cataluña el que proteste, deberían protestar todos los enfermos potenciales, es decir, TODA LA SOCIEDAD. Y lo mismo con la enseñanza en Madrid y Castilla La Mancha. No debería ser un pulso entre profesores y gobiernos autonómicos, debería ser un pulso entre toda la sociedad y esos mismos gobiernos. Entonces SEGURO que se podrían encontrar medidas alternativas para reducir el déficit.

No somos los profesores los que debemos protestar contra los recortes educativos. Es la sociedad en su conjunto la que debe hacerlo. Los profesores lo que debemos hacer es informar de la manera más rigurosa posible a la sociedad de cómo van a afectar los recortes a la calidad de la enseñanza. Los profesores podemos, por el conocimiento que tenemos de la materia y por la cuenta que nos trae, liderar las protestas pero nunca monopolizarlas. Porque, además, corremos el riesgo de caer en la insidiosa trampa dialéctica que proponen la presidenta de Madrid o el ministro de Educación. Míralos cómo protestan, y todo porque tienen que trabajar dos horas más. ¡Con las vacaciones que tienen y encima se quejan!

Los que llevamos tiempo trabajando en esto sabemos que cuando hay un problema en un instituto que requiere una inversión importante o la intervención de la autoridad educativa (por ejemplo, no funciona la calefacción, o una mala práctica profesional ostensible y reincidente) sólo se soluciona cuando los padres actúan. Una manifestación de padres de alumnos en la puerta de la delegación. ¡Eso es lo que temen los políticos no una huelga (encima fallida) de profesores!

Si de verdad queremos evitar los recortes educativos debemos demostrar y explicar a la sociedad (a los alumnos, a los padres de los alumnos) por qué los recortes son tan perjudiciales. Y convencerlos para protestar todos juntos. Argumentar y desmontar las mentiras del gobierno. Igual que cuando no funciona la calefacción. Si no convencemos previamente a la sociedad toda protesta será inútil e incluso contraproducente para el colectivo de profesores. Puede dar la impresión de que camuflamos reivindicaciones laborales en el manto del interés general.

Ante el baile de cifras habitual un dato fidedigno. En mi instituto hemos acudido a trabajar 49 de los 85 profesores que integramos el claustro.

_

viernes, 18 de mayo de 2012

Morir de éxito


Este pasado domingo finalizó el concurso anual de patios, que desde siempre ha sido la excusa perfecta para disfrutar de la ciudad. En los últimos años el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo para promocionar el concurso de cara al turismo: suplementos en los periódicos, noticias en los telediarios (hubo un año en el que Matías Prats presentó el telediaro de Antena 3 desde un patio del palacio de Viana) y un sinfín de iniciativas con el objetivo de atraer visitantes. Dentro de esta campaña, el año pasado se presentó la candidatura de los patios para que fueran proclamados por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad y formar parte de ese selecto grupo de hitos culturales (267 en este momento) junto al flamenco, el tango, el fado, los castells, la dieta mediterránea, el misterio de Elche, la caligrafía china y la ópera tibetana, por mencionar unos pocos ejemplos; pero en el que no están incluidos ni el jazz ni la música pop, ni el cine, ni los Juegos Olímpicos, ni la declaración de los derechos humanos, ni ninguna manifestación cultural proveniente de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Chile, Alemania, Polonia, Suiza, Finlandia, Suecia, Noruega, Australia y la mayoría de países africanos, por citar algunas de las regiones que por lo visto son yermas en cuanto a patrimonio inmaterial de la humanidad.

Tengo mucho cariño al concurso de patios. Me trae recuerdos entrañables. De la infancia, cuando mis padres nos llevaban a mi hermana y a mí a visitarlos. ("mamá, ¿en este patio hay pozo?"). De mi primera juventud, cuando no vivía en Córdoba y al regresar por estas fechas me sorprendía lo bonita que era. Es una ciudad única. Sonia siempre recuerda que la primera vez que visitó Córdoba fue con motivo del concurso de patios. Eso fue hace siete años. ¿Quién le hubiera dicho entonces que se instalaría en la ciudad y que tendría un hijo cordobés?

Cada año son más los turistas que acuden a la ciudad en el mes de mayo. Tanta promoción ha dado resultado. Al principio no era difícil esquivar a la masa de visitantes. Bastaba con evitar el barrio de San Basilio, el más cercano a la judería y a la Mezquita, durante el fin de semana. Posteriormente la prevención se hizo extensible a toda la semana; San Basilio estaba siempre abarrotado pero no me importaba. Mis patios preferidos son los situados en el entorno de Santa Marina y San Agustín, desde la plaza Colón a las Costanillas en un paseo placentero y ligeramente nostálgico.

Este año, al iniciar el recorrido habitual, me llevé la agradable sorpresa de que la "Casa de paso" participaba por vez primera en el concurso, aunque sólo la parte que daba a la calle Chaparro. Hacía años, lustros, tal vez incluso dos décadas que no entraba en un espacio que había sido mágico en mi infancia. Cuando era chico no perdía ocasión de atravesar la Casa Paso (así la llamábamos, omitiendo la preposición). Desde la Lagunilla a la calle Chaparro cada vez que iba a Almacenes Blanco y desde la calle Chaparro a la plaza de la Lagunilla de vuelta a casa. Me gustaba imaginar que si alguna vez me perseguía un bandido yo sólo tenía que dirigirme a la Casa Paso para darle el esquinazo. Mi perseguidor se quedaría en la puerta esperando a que volviera a salir, creyéndome acorralado en un callejón sin salida. El pobre no sospecharía que había una salida "oculta" por la que el héroe (es decir, yo) se alejaba tranquilamente hacia su casa. Estoy hablando de un tiempo en el que era habitual que niños de ocho años anduvieran solos por las calles. Ahora vivimos en otro mundo.

Me emocioné al entrar en la Casa Paso. Me hubiera gustado contarle a Sonia algunos de los recuerdos que se agolpaban en mi mente, que me hiciera una foto con Héctor, pero no fue posible. ¡Había tanta gente! Y todos con nuestra cámara de fotos en ristre. Una marea de turistas nos fue acompañando por el camino. No había forma de esquivarlos. Lo intenté, a la desesperada, en los patios más recónditos. Nada, ahí estaban, con uno de tantos planos en los que señalan las rutas para no perderse ningún patio, un ejército reemplazando a otro, no dejando espacio sin ocupar. No me lo podía creer. Era un miércoles laborable, a las seis y media de la tarde, con más de 35 ºC, ¿de dónde había salido toda esa masa de gente?


El año pasado la UNESCO desestimó la candidatura de los patios a ser nombrados patrimonio inmaterial de la humanidad. Este hecho, sumado a la gran decepción de perder la capitalidad europea 2016 a manos de San Sebastián, fue tomado como una humillación por parte de muchos conciudadanos. Se creó un sentimiento de agravio ("Córdoba no recibe lo que se merece") alentado por las instituciones y los medios de comunicación locales. La reacción al presunto agravio ha sido una hinchazón de patioterismo. Se van a enterar esos señores de la UNESCO de lo que vale un patio.

Por primera vez los vecinos de algunos patios han editado un pequeño folleto para que los visitantes se lo lleven de recuerdo. Algunos patios incluso tienen blog propio. El díptico de la casa paso dedica un 40 % de su espacio a publicidad. El resto se distribuye entre dos fotografías y una caja con un texto explicando la historia de la casa en español y su correspondiente traducción en inglés.

También los periódicos locales han competido por editar el suplemento gratuito más completo, indicando rutas, anécdotas, novedades, contextualizando la importancia histórica de este patrimonio inmaterial al mimo tiempo que daban consejos sobre dónde parar a tomar un refrigerio. El diario ABC, en su edición local, ha llegado incluso más lejos: ha organizado un concurso de patios paralelo al oficial y un concurso de fotografías sobre el mismo tema. El resultado ha sido todo un éxito:


Es la primera vez que he visto grupos organizados con guía incorporado que va detallando las características de cada patio. Aunque es más habitual encontrarse con grupos sin guía andando por las calles en busca de patios. Me recuerdan aquel aforismo de Wagensberg: "He visto un compacto de turistas recorriendo un museo sin que el grupo perdiera del todo la forma del autocar que les ha llevado hasta allí". La diferencia es que los museos están diseñados para albergar grupos de turistas y los patios están diseñados para el solaz y disfrute de a lo sumo dos o tres familias. Más pronto que tarde la estructura del grupo turístico salta por los aires atascada en el primer patio que encuentran y en el que, aunque actúan como si no se dieran cuenta, no caben todos a la vez. Entre bromas, chistes en voz alta y empujones la mitad del grupo, que está dentro, pugna por salir mientras que la otra mitad pugna por entrar. Y así de patio en patio. Y a más de 35 ºC.

¿Quién puede disfrutar de un patio en esas circunstancias? ¿cómo apreciar el sonido de la fuente entre tantas voces? El descenso térmico que provoca el microclima del patio, y que es una de esas cualidades inmateriales dignas de mención, es combatido con éxito por la masa sofocante de cuerpos sudorosos.

Dice el periódico que los patios han recibido un millón doscientas mil visistas durante los doce días que dura el concurso. Aun admitiendo que la cifra pueda estar sobredimensionada no deja de ser una barbaridad. Pero me sorprende que nadie dé la voz de alarma. Salvo contadas excepciones todo el mundo parece estar encantado con el éxito obtenido. Sí hombre, ha costado lo suyo, pero por fin en el mundo exterior empiezan a apreciar lo que valen los patios. A ver si el año que viene llegamos a los dos millones de turistas.

Me temo que el concurso de patios ya nunca será lo que fue. Quién sabe, tal vez la situación actual sea preferible. No está la economía cordobesa para desperdiciar fuentes de ingresos. Yo me veo como un abuelo cebolleta prematuro recordando los buenos viejos tiempos en los que se podía pasear tranquilamente por la ciudad y disfrutarla en todo su esplendor sin agobios, a tu aire, sin rutas preestablecidas ni riadas de personas por las estrechas callejuelas del centro.

En estos días se celebra en París el Festival Internacional de la Diversidad Cultural por el Dialogo y el Desarrollo de la UNESCO 2012. Córdoba es la ciudad española invitada y su correspondiente estand tiene forma de patio. Dice el alcalde que este año es casi seguro que la UNESCO incluirá a los patios en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que esto supondrá un aumento de turistas estimado en un 40 %. Resultará paradójico que la UNESCO reconozca las cualidades inmateriales de los patios cordobeses favoreciendo de ese modo su sacrificio en el altar de la ocupación hostelera.

_

viernes, 4 de mayo de 2012

Madera de político

El otro día, haciendo zapping, nos quedamos enganchados viendo un documental que emitían en la 2 sobre la masacre acontecida el pasado verano en la isla de Utoya, Noruega.


Los hechos son conocidos. Un individuo, que está siendo juzgado en estos días, puso una bomba de gran potencia en los edificios ministeriales del centro de Oslo. Después se dirigió a la isla de Utoya, donde se celebraba el campamento anual de la AUF, la sección juvenil del partido socialdemócrata que actualmente gobierna el país. Una vez allí, suficientemene armado y vestido de policía, se dedicó a ejecutar a todo aquel que se le pusiera a tiro. Según el documental, la policía de verdad tardó 72 minutos en llegar a la isla y detener al asesino. Para entonces ya se podían contar 69 víctimas mortales (ocho más en Oslo).

El documental se titula "la isla del terror" y se centra casi exclusivamente en las experiencias de los jóvenes que formaban parte del campamento. Para ello cuenta con los testimonios de algunos supervivientes y con la filmación de los días previos al atentado. No estamos hablando de un campamento cualquiera de los cientos de miles que se celebran en verano. Es el campamento anual de la AUF, cantera de los futuros gobernantes de Noruega, o al menos aspirantes a ello. Por el campamento pasan "celebridades" tales como el Ministro de Asuntos Exteriores y otros grandes líderes del partido. Todo es grabado por un cámara profesional. Durante los primeros minutos uno está viendo un documental sobre el campamento de la AUF en el verano de 2011 sin que nadie pudiera imaginar que realmente ese campamento iba a pasar a la historia.

Es a partir del atentado en Oslo y de la llegada a la isla del asesino, cuando el documental cambia de registro. Se acaban prácticamente las imágenes (afortunadamente no hay ninguna "reconstrucción") y el peso narrativo recae en el relato de los supervivientes.


Johannes Dalen (20 años)

Fue quien recibió la llamada avisando de que un "policía" quería acceder a la isla, se supone que para protegerla. Todos están en estado de shock por las noticias que llegan de Oslo.

"Hablamos con varios Secretarios de Estado mientras estábamos a bordo del barco" 31m




Woria Kamil (17 años). Su amigo Ismael fue ejecutado justo a su lado. No entiende por qué él no.
"Tengo muchas imágenes extrañas en mi cabeza" 39.50 "No entiendo por qué no me disparó en la cabeza. No lo entendí y esa es mi gran pregunta".


Emma Martinovic (18 años). Dirigente de la AUF
"la gente más maravillosa de la tierra reunida en un lugar" 4.17
"Antes de hacer nada, pareció que se aseguraba de que yo estaba mirando" 38.13
"Se reía, tenía... no se reía histericamente pero podías sentir su maldad. Sabías que tomaba aliento y se reía con todas sus ganas. Y los hombros le temblaban." 39.44
"Me entró el pánico. Sentí: ahora me toca a mí ser presa del pánico. Mis pulmones se estaban llenando de agua. Estaba lista para cerrar los ojos, echar la cabeza hacia atrás y claudicar. De pronto, veo a un niño. Me vuelvo hacia el niño y le digo; oye, eres un fantástico nadador. Él me mira, mira al cielo y dice: papá está muerto. Miré a mi alrededor y no lo entendía. <<Eres un fantástico nadador. Estás nadando por papá y mucha gente te está esperando en la otra orilla>>. Entonces me dice: yo creía que la policía debía de ser buena. Aquellas palabras me produjeron... tuve que sumergirme para que no viera que estaba llorando. 45m
"Quiero que alguien golpee en algún lugar dentro de mí para poder derrumbarme por completo, para poder llorar histericamente. Ponerme de rodillas y sufrir un colapso, una crisis emocional total" 55m


Eskil Pedersen (27 años). Líder de la AUF
"donde haces contactos y amigos para toda la vida"
3.17 discurso de bienvenida
"Fue el día que el terror se apoderó de Noruega. El país perdería su inocencia si se trataba de una bomba." 22m
"La otra persona que había en la habitación me llamó y me dijo: vete corriendo al barco ya" 26.16
"Sentí como si una alfombra de muerte cubriese toda la isla (...) Pasé corriendo al lado de dos personas que estaban tendidas en el suelo. Estaban muertas. No tuve la menor duda de que estaban muertas. (...) Yo fui la última persona en subir al barco. No había nadie más allí. No volví a ver a nadie. No había nadie allí. Muy deprisa el barco empezó a alejarse. 27m
"Si no estuviste en la isla, no puedes entender las razones de las decisiones que tomamos cada uno. Tomamos una decisión que fue intentar sobrevivir." 55.09


Herman Heggertveit (18 años)
"Entonces desaparece todo pensamiento racional y actuas por puro instinto. Le habían disparado en las piernas, estaba herido, corría por pura inercia. Intentamos ayudarle mientras corríamos y corrimos durante un buen rato" 37.04
"Se presenta a sí mismo pero no recuerdo lo que dice" 48.25
Dudas, dudas, dudas. 49.38
"Yo no tengo la sensación de que le salvé la vida. Más bien tengo la sensación de que le abandoné porque huí para salvar mi propia vida." 54.50






Trond Agnar (21 años). Dirigente de la AUF
"No dejaré que me dispare a mí ni a la gente con quien estoy" 34.45






Lara Rashid y su hermana Bano. Ambas imágenes son del documental.
A la izquierda Lara, la superviviente, relatando su testimonio.
A la derecha Bano, una de las víctimas mortales, riéndose ante la cámara que grababa el documental "campamento en Utowa", el día previo a la masacre.


Line Oma. Empleada del Ministerio de Trabajo noruego. Salía de trabajar cuando estalló la bomba de Oslo. Sus dos compañeras de trabajo más próximas fallecieron.
"Hace mucho tiempo que yo deseo llegar algún día a ser primera ministra" 15.40
"Pero en lo único que podía pensar era en la visión abrumadora de los edificios gubernamentales bombardeados y en que era la mayor tragedia que había sufrido nunca Noruega".

El documental es estremecedor. No soy aficionado al género pero salta a la vista que el suceso reune muchos de los tópicos del cine de terror: campamento juvenil, noche de lluvia intensa, psicópata caracterizado (en este caso de policía. Un toque siniestro digno del mejor guionista. La víctima primero se tranquiliza al ver llegar a un "agente del orden" para en seguida darse cuenta del tremendo error), una isla sin escapatoria...

Pero hay un elemento discordante en la opresiva sensación de tragedia y horror. Me resultan llamativos e inverosímiles algunos testimonios de los supervivientes. Demasiado recurso al lugar común ("el país perdería su inocencia si se trataba de una bomba", referido a las primeras noticas que llegaban desde Oslo), demasiado discurso autoconsciente (¿no es inverosimil que una persona que acaba de sufrir un terrible atentado "solo pueda pensar en que era la mayor tragedia que había sufrido nunca Noruega"? ¿no tiene familia esa mujer?), demasiada explicación e interpretación y poca narración de los meros hechos.

Al poco caí en la cuenta de que los testimonios que me parecían "manipulados" eran los de los dirigentes de la AUF y la aspirante a primera ministra. El resto de testimonios, es decir, los de los campistas de "a pie" sí me resultaban creíbles y estremecedores. Eskil Pedersen, Emma Martinovic y en menor medida Trond Agnar no dudan, parecen tener siempre una visión global de lo que está sucediendo,  mantienen la cabeza fría y toman la decisión más adecuada en cada momento. Por algo son líderes. Ahí está la anécdota de Emma Martinovic a punto de dejarse llevar, exhausta de tanto nadar, pero reaccionando cuando ve a un niño que necesita consuelo.

Pero cuando las decisiones pueden ser discutibles o incluso injustamente criticables, entonces nuestros líderes nos explican que en realidad no son decisiones suyas sino que se vieron obligados a actuar así por las circunstancias. Eskil Pedersen era el líder de la AUF y por tanto el máximo responsable del campamento. Tiene 27 años, diez más que la mayoría de sus compañeros. Cuando el asesino pisa la isla y comienzan los disparos, Eskil sube corriendo al barco y "leva anclas". Pero él no toma ninguna decisión. Así lo cuenta:
"La otra persona que había en la habitación me llamó y me dijo: vete corriendo al barco ya". Es decir, parece que la "orden" de huida partió de otra persona, no salió de motu propio.
"Pasé corriendo al lado de dos personas que estaban tendidas en el suelo. Estaban muertas. No tuve la menor duda de que estaban muertas". Cuánta seguridad. En cualquier caso mejor que estuvieran muertas, de esta forma Eskil se evita verse en la disyuntiva de intentar ayudarlas. Las circunstancias.
"Yo fui la última persona en subir al barco. No había nadie más allí. No volví a ver a nadie. No había nadie allí". Otra vez rotúndamente seguro. No había nadie allí. No había necesidad de esperar por si alguien más alcanzaba el barco puesto que no había a quien esperar. Nuevamente las circunstancias se ponen de su parte.
"Muy deprisa el barco empezó a alejarse". Había nueve personas en el barco. Él sin duda era la persona de mayor rango y el máximo responsable. ¿Qué ocurrió en el barco? ¿Qué pensaron? ¿Qué se dijeron unos a otros?. Silencio (Sabemos, gracias al testimonio de Johannes Dalen, que intentaron contactar con distintos miembros del gobierno e incluso llegaron a hablar con varios Secretarios de Estado. Lo que no sabemos es si estas llamadas se produjeron cuando el barco estaba todavía atracado en la isla -lo dudo- o ya después de abandonarla). Al parecer nadie tomó ninguna decisión. El barco, autónomamente, dirigido por nadie, empezó a alejarse muy deprisa. Eskil tuvo mucha suerte de que el barco no empezara a alejarse muy deprisa antes de que él pudiera embarcar. Caramba con el barco.

Que quede claro: no estoy criticando el comportamiento que tuvo Eskil Pedersen ese día, ni siquiera creo que mienta (me parecería mezquino afirmar que miente sin ninguna prueba). Doy por hecho que los muertos estaban muertos y que no había nadie más que pudiera subir al barco. Lo que me irrita es su actitud: su seguridad sin fisuras, la falta de cuestionamiento, su responsabilidad (siempre pensando en Noruega y en la seguridad de todos) irresponsable (al parecer no es responsable de ninguna decisión. En toda la crisis nunca parece decidir nada, siempre se mueve obligado por las circunstancias), esa obsesión con aparentar dominar la situación incluso en el caos más absoluto ("No dejaré que me dispare a mí ni a la gente con quien estoy", afirma Trond Agnar, otro de los dirigentes de la AUF)..

Los campistas de "a pie", los que en principio no son responsables más que de sí mismos, los que no tienen permanentemente a Noruega en la cabeza, sí tomaron decisiones: correr o no correr; huir nadando o esconderse; ayudar a un herido o no; quedarse con un amigo o no; constestar al móvil o desconectarlo para no hacer ruido; fiarse o no fiarse de ese policía con un comportamiento extraño... De hecho no dejaron de tomar decisiones en todo el rato. Y por eso sienten remordimientos. Se cuestionan que hubiera ocurrido si hubieran tomado otra decisión. Intentan comprender por qué actuaron tal y como lo hicieron ("Entonces desaparece todo pensamiento racional y actuas por puro instinto" comenta Herman Heggertveit).

Johannes Dalen, Woria Kamil, Herman Heggertveit relatan lo ocurrido a la manera de David Copperfield. Se sienten los protagonistas, los héroes, de su propia historia. Nada más y nada menos. En cambio los dirigentes políticos y la aspirante a primera ministra, Eskil Pedersen, Emma Martinovic, Trond Agnar y Line Oma relatan lo ocurrido como si ellos fueran los protagonistas, los héroes de la historia, mejor aún, de la Historia de Noruega.

Supongo que en eso consiste ser un dirigente político: sentirse protagonista, seguridad sin fisuras en el discurso, apariencia de cotrol de la situación, tener la respuesta adecuada y sin ninguna duda a cada reto por díficil e incontrolable que este sea (por ejemplo un psicópata armado suelto en una isla). Nunca ponerse en cuestión a uno mismo. Madera de político.