Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

lunes, 26 de septiembre de 2011

Publicidad en tiempos de crisis

Un buen anuncio televisivo es una pequeña obra de arte. Recuerdo cuando canal plus emitía en abierto un especial "maratón de anuncios", un programa de varias horas con los anuncios galardonados en los principales festivales de publicidad del mundo. Anuncios estadounidenses, hispanoamericanos, escandinavos, asiáticos, etc. (no recuerdo ningún anuncio africano, ni siquiera norteafricano. Tampoco recuerdo anuncios de países árabes).

Hace ya mucho tiempo que apenas veo la tele y cuando lo hago suelo acabar fácilmente en la 2, canal que ya no emite publicidad. Precisamente viendo este canal me enteré de la estrategia de marketing de Loterías del Estado. Y visualicé a los Donald Drapper y Peggy Olson de turno diseñando la campaña. Es muy buena. No tengo dudas de que la privatización de Loterías del Estado va a ser todo un éxito (para los que se queden con el negocio, claro).


El acto más llamativo de la campaña lo inauguraron esta semana en la plaza Callao de Madrid (renombrada temporalmente como "plaza de los sueños") con la presencia de gente guapa (Martina Klein y Feliciano López) y del mayor experto en sueños del mundo. ¿Adivinan quién? Sí señor, el doctor Eduard Estivill. No tenía el gusto de conocer su cara ni su voz y, en fin, su intervención me reafirmó en todos los prejuicios que tengo contra su persona. Aquí podéis ver un vídeo con la iniciativa. El reportaje que emitieron en la 2 fue más extenso y el Dr. Estivill soltaba perlas como que "la lotería es la institución más democrática que existe".

Otro anuncio que me hizo pensar en Mad Men es el último de IKEA, el que tiene como eslogan "Tengo derecho a mi fiesta". IKEA nos dice: es verdad, estamos en crisis, las cosas están muy mal pero tú tienes derecho a tu fiesta. Ese derecho no te lo puede quitar nadie. Renunciar a él es renunciar a la vida como debe ser vivida. Venga, ven a IKEA a amueblar o al menos a decorar tu fiesta. Carpe diem y gástate aquí la pasta. Me parece un anuncio maquiavelicamente brillante.



PS. Me reía el otro día de la Ciencia del Patrimonio (con mayúsculas queda mejor) y hoy me encuentro en todos los medios con la nueva Ciencia Gastronómica. Para que no digan que en España no se invierte en I+D.


_

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ciencia del patrimonio

Hace un par de semanas mi madre estuvo ordenando el trastero y me informó de que había encontrado varios archivadores míos con apuntes de la carrera. Me sorprendió porque yo creía que ya me había deshecho de todo ese material pero se ve que no.

Esta tarde, aprovechando que estaba de visita, le eché un último vistazo a los apuntes por si hubiera algo que mereciera la pena salvar. ¡Cuánta palabrería! Qué aburrimiento.

Asignatura de 1º. Contabilidad General. Tema 1

La Contabilidad es la ciencia del patrimonio.

Ahí es ná.




_

lunes, 19 de septiembre de 2011

Soy un procastinador

Qué manía tienen los pedagogos en utilizar palabros feísimos para referirse a conceptos sencillos e incluso banales.

Estoy leyendo un libro de José Antonio Marina titulado de manera equívoca La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez. Es el primer libro que leo de este autor y la verdad es que me está decepcionando bastante. En algunos pasajes me parece una mala copia de Savater, en otros una mala copia de Punset y en la mayoría una copia escasamente mejorada de algunos orientadores que he conocido, emborrachados de psicopedagogía.



Bueno, pues leyendo el librito me he enterado de que soy un procastinador, es decir, que padezco procastinación (o procrastinación como, según Marina, lo escriben los puristas. Habría que conocer a esos puristas). Hablando en cristiano: que soy propenso a dejar las tareas para mañana, apurando siempre hasta el último momento para hacer las cosas. Al principio intenté negar la evidencia, no me reconocía en las características que expone Marina:
  • El procastinador suele ser postergador raciocinante, que se da argumentos muy convincentes -para él- que le aconsejan aplazar la acción. Yo no necesito ningún argumento para aplazar la acción. Me basta con la pereza o con la desgana en dejar alguna actividad que considero más interesante. En resumen, que soy un procastinador vago y nada raciocinante.
  • Hay que advertir que el verdadero procastinador no dilata su actividad porque sea dolorosa o muy molesta. Suele ser tan sólo un poco más molesta que lo que está haciendo en ese momento. Aquí me parece que Marina no es muy perspicaz. La mayoría de las actividades obligatorias son más molestas que no hacer nada o que sentarse a leer un libro.  No sé, no sé, quizás un procastinador no sea capaz de analizar objetivamente (y menos aún si no es raciocinante) las razones de su procastinación, pero a mi me da que la procastinación es una variedad leve de pereza.
Pero al final no he tenido más remedio que admitirlo. ¿Sabe que tiene que ordenar su mesa de despacho, pero se dice que es una operación tan importante que conviene esperar al lunes o a las vacaciones para acometerla con la dedicación que se merece? Sí, los papeles me comen y nunca "encuentro tiempo" para ordenarlos. ¿Le sucede con frecuencia que aguanta molestias diarias por no arreglar una avería, cambiar de televisor o comprar un destornillador más grande? Sí, sí, sí.

No en vano mi primer ídolo literario y al que guardo todavía un enorme cariño (mi hermana me regaló una camiseta con su dibujo que tengo gastadísima de tanto ponérmela) es el más grande procastinador que he conocido. Se trata de Felipe, el personaje ideado por Quino.



En honor a Felipe, suena I´m only sleeping de sus idolatrados Beatles




_

martes, 13 de septiembre de 2011

No a los recortes en educación



Dos de los cuatro gatos que leen este blog son profesores en institutos públicos de Castilla La Mancha. Afortunadamente son funcionarios de carrera con destino definitivo y su empleo no corre peligro (vamos, salvo catástrofe total que no quiero imaginar). No es el caso de muchos de sus compañeros. Los datos que se están dando a conocer son desalentadores. Los equipos directivos han sido informados del número de plazas de profesores que se suprimen en sus centros. La escabechina afecta a algo más del 10% de profesores.

Mañana se publican las adjudicaciones definitivas y se sabrá quiénes son los que se quedan sin trabajo. Por la tarde están convocadas una serie de manifestaciones en las cinco capitales de provincia para protestar contra las medidas. Imagino que el ambiente en las manifestaciones será de funeral, especialmente para quien se acabe de enterar de su despido.

No podré asistir pero desde aquí también protesto.





_

lunes, 12 de septiembre de 2011

Lester Allen


El viernes inauguramos las sesiones de cine de la tele nueva con Delitos y faltas. Se me había olvidado lo buenas que eran las películas de Woody Allen y cuanto me gustaban.

En un momento dado tuve una revelación desagradable. Descubrí que Woody Allen se ha convertido con los años en Lester, el tipo de personaje que con tanto acierto caricaturizaba en sus películas y que en Delitos y faltas está magistralmente interpretado por Alan Alda. Las últimas películas de Allen podrían haber sido producidas e ideadas por Lester. A nadie le podría extrañar que a Lester le concedieran el premio Principe de Asturias. Lester, el pseudoartista triunfador e ídolo de los progres del mundo mundial.

Me alegro por Woody Allen. Seguro que vivir como Lester da más satisfacciones que vivir como Clifford. Que lo disfrute. Lo siento por mi, que siempre añoraré las películas que hacía Clifford.





_

domingo, 11 de septiembre de 2011

Exámenes de septiembre

La LOGSE fue una ley admirable al servicio de una ideología pedagógica que ha cercenado las potencialidades de varias quintas de españoles. Digo que fue una ley admirable en el sentido de que era muy completa y totalmente coherente con su (equivocada) visión pedagógica.

La LOCE (2002, promulgada por el PP) y la LOE (2006, promulgada por el PSOE) son malas leyes al servicio del oportunismo político de turno, sin ninguna visión ni ideología pedagógica que las sustente.

La LOGSE suprimió los exámenes de septiembre en la ESO. Bueno, dado que la ESO no existía antes de la LOGSE, sería más correcto decir que no contemplaba una prueba extraordinaria en septiembre para los alumnos que no hubieran alcanzado los objetivos en junio. Era una decisión totalmente coherente con el espíritu de la ley y con el conjunto normativo que la desarrolló. ¿Cómo puede un alumno alcanzar en dos meses y por sí solo los objetivos que no pudo alcanzar en nueve meses con la ayuda del profesor y de las actividades de clase? Además hay que tener en cuenta que para el sistema LOGSE dominar los contenidos de las áreas de conocimiento no era mucho más importante o menos necesario que otros ítems como la actitud del alumno, el trabajo desarrollado, su evolución a partir de un diagnóstico inicial, etc. Cuestiones todas imposibles de evaluar en un examen de una hora u hora y media a lo sumo.

La LOCE (PP, 2002) introdujo las pruebas extraordinarias en la ESO dejando que cada comunidad autónoma decidiera si se celebraban en junio (una semana después de la evaluación ordinaria) o en septiembre. Como PSOE y PP utilizan las normas educativas y su aplicación para atizar al contrario en lugar de para resolver los problemas del sistema educativo, ocurrió que las comunidades gobernadas por el PP establecieron las pruebas en septiembre y las gobernadas por el PSOE en junio (excepto en Andalucía donde la Consejería dio libertad a cada centro para que el consejo escolar decidiera cuándo celebrar la prueba dando lugar a agravios entre alumnos matriculados en distintos centros. Recuerdo las quejas de los padres porque su hijo tenía los exámenes en junio -y no había tenido tiempo para prepararlos- mientras que su vecino los tenía en septiembre).

La LOE (PSOE, 2006) estableció que la prueba extraordinaria se celebrara obligatoriamente en septiembre en todo el estado (contradiciendo la política educativa llevada a cabo por el PSOE tanto bajo la LOGSE como bajo la LOCE, ¿pero quién pide coherencia y argumentos sólidos en estos temas? ¿a quién le importa?).

La LOCE fue un parche a la LOGSE. Más que refundar el sistema educativo (cosa que sí hizo la LOGSE respecto al sistema anterior), trató de implantar algunas medidas llamativas de cara a la opinión pública (caso de los exámenes en septiembre para la ESO). En muchos aspectos fundamentales las dos leyes eran iguales. Aunque para confirmar esto último tendríamos que haber comprobado cómo se desarrollaba el conjunto normativo. La LOCE se derogó cuando estaba empezando a implantarse. Así es difícil evaluar cuál podría haber sido su impacto.

La LOE es un híbrido entre la LOCE (conserva casi todas las modificaciones que ésta hizo a la LOGSE con ligeros cambios de nomenclatura para despistar. Este es un ejemplo) y la LOGSE (comparten la misma "visión pedagógica"). Es decir, es una ley incoherente, contradictoria e imposible de cumplir. Pretende que hagamos una programación y una evaluación en competencias y al mismo tiempo establece una evaluación extraordinaria (con los mismos efectos prácticos que la evaluación ordinaria) que consiste en una prueba escrita de una hora u hora y media.

Dejando atrás las incoherencias legislativas, luego está la realidad de los exámenes de septiembre en la ESO. Y esta es la realidad según mi experiencia. Datos de este curso (de las asignaturas que he impartido):
  • 2º de la ESO: 27 alumnos suspendieron en junio, de los cuales 13 se presentan al examen de septiembre y solo uno lo aprueba (con ayuda de mí parte, todo hay que decirlo).
  • 4º de la ESO: 8 alumnos suspensos, de los cuales uno se presenta al examen y no lo aprueba.
Es cierto que mi actual instituto tiene un alumnado peculiar y estos resultados no se pueden generalizar. Pero también es cierto que en otros centros en los que he trabajado el porcentaje de aprobados en septiembre es bajo o muy bajo. Lo normal, lo lógico, es que un alumno que no es capaz de superar la materia en nueve meses con todas las ayudas que se le ofrecen sea aún más incapaz de superarla en dos meses por si solo en su casa.

Alguien podría pensar que las pruebas de septiembre se justifican por el hecho de ayudar a esos pocos alumnos que se esfuerzan y recuperan. Pero es que en la gran mayoría de esos casos los alumnos no aprueban sino que se les aprueba por razones más o menos nobles. En muchas ocasiones el equipo educativo opina que no es bueno que un alumno repita. Entonces se pide a los profesores de las materias suspensas si no es posible echarle una mano. Y así "recuperan" la materia. Si el dilema se hubiera planteado en junio el resultado hubiera sido el mismo, es decir, en ese caso el alumno no habría suspendido la materia que "recuperó" en septiembre.

Unas de las consecuencias más indeseables de los exámenes de septiembre es el gran obstáculo que suponen para la planificación del curso siguiente. La Concejería asigna en julio el cupo de grupos y profesores para cada centro. Esta asignación se hace en función de los alumnos matriculados en cada curso y la matrícula no se cierra hasta después de los exámenes de septiembre. Por tanto la asignación se realiza en función de las expectativas de matrícula, es decir, de las expectativas que el equipo educativo tiene sobre los alumnos que deben examinarse en septiembre. A veces (prefiero pensar que no es habitual) las expectativas no se cumplen y hay que hacerlas cumplir. Esto ocurrió en un pequeño centro de una pequeña localidad en el que trabajé. Para mi asombro y vergüenza la decisión de que los alumnos aprobaran o no dependía de que al centro le pudieran adjudicar un grupo más en 2º o en 3º. Viva la pedagogía práctica.

Conclusión: ¿Exámenes de septiembre? En la ESO no (el bachillerato es otra cosa).





_