Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

viernes, 27 de enero de 2012

Buen día para olvidar

Los viernes tengo tres horas de clase. De 11.45 a 12.45 un curso de 3º ESO y de 12.45 a 14.45  dos horas seguidas (la primera de Matemáticas, la segunda de "Alternativa") con mi tutoría de 2º de Bachillerato. Son las últimas horas de la semana y todos estamos cansados. Aún así estoy bastante contento de cómo estamos aprovechando el tiempo los viernes, incluyendo esa última hora de "Alternativa". Pero hoy la cosa se ha ido torciendo desde el principio y he terminado con un cabreo monumental y una sensación de impotencia que me ha retrotraido a los peores momentos del curso pasado.

3º ESO: El ambiente en la clase es un poco tenso porque algunos alumnos no están conformes con el cambio de metodología que he introducido esta semana. Estamos a verlas venir, cada uno en su papel. Yo haciendo ver que eso es lo que hay. Ellos, los inconformes, demostrando que los cambios son una tontería porque piensan seguir igual. Después de la explicación, reparto el trabajo por grupos. Poco a poco se va elevando el tono de voz y en un momento dado les digo "Vamos a ver", que es una de las muletillas que utilizo como sinónimo de "Bajad la voz". Es entonces cuando JM (cabezilla de los inconformes) me hace burla repitiendo la muletilla en tono jocoso para su grupo. Inmediatamente le echo de clase con un parte disciplinario.
Como al resto del grupo, es el segundo año que le doy clase a JM. Es un buen chaval que se está descentrando progresivamente. El curso pasado empezó muy despistado llegando a suspender la primera evaluación. Luego se recompuso y terminó aprobando sin problemas aunque por debajo de sus posibilidades. Este curso empezó igual de despistado y pensé que se iba a repetir la historia. Pero no. Al contrario. Empezó a la vuelta de Navidad con alguna contestación más impertinente de lo normal, continuó con una actitud ostensiblemente pasota en clase (recostándose sobre el respaldo de la silla con las piernas apoyadas en el pupitre. Esta semana ha entrado a clase con unos enormes auriculares de disc-jokey rodeándole el cuello) y hoy ha llegado a la cota de la burla.
Los padres de JM están muy pendientes de su hijo. La madre le tiene amenazado con quitarle del fútbol si se descuida en los estudios. Así que cuando termina la clase y le informo de que pienso llamar a sus padres para informarles de su comportamiento se le saltan las lágrimas.

2º Bachillerato 1ª Parte: La clase transcurre con normalidad aunque tengo que llamar la atención a más de uno. También es un grupo formado por alumnos a los que llevo dos años dándoles clase (salvo los  repetidores de 2º y alguna incorporación de otros centros). A media clase expulso a un alumno (de los "nuevos") por gastar una broma en voz alta. Es una tontería pero la verdad es que a esas alturas ya no tengo paciencia. No le pongo parte disciplinario. A falta de quince minutos le pido que entre para realizar un controlillo de matrices junto a sus compañeros.

2º Bachillerato 2ª Parte: Toca el timbre de cambio de clase. Quien haya terminado el controlillo puede entregar y salir a beber agua. El resto tiene cinco minutos para terminarlo. Algunos alumnos salen y la puerta de la clase se queda abierta. A través de la puerta veo a C tirar un papel al suelo del pasillo.
C es alumno del grupo de 2º de Bachillerato que ocupa el aula de enfrente. El año pasado le daba clase a C y era su tutor. Me entrevisté varias veces con su padre. La relación tanto con el padre como con C era estupenda. Aunque académicamente flojo, tenía (y sigo teniendo pese a lo de hoy) la mejor opinión personal sobre C: un muchacho tranquilo, agradable y educado.
Me molesta mucho que los alumnos tiren basura al suelo. Especialmente los mayores. En la medida que puedo intento evitarlo. Cuando pillo a algún alumno tirando basura le pido que limpie esa zona. En el caso de C tenía que recoger "su" papel y otro más que había cerca. Sorpresa mayúscula: sólo acepta recoger lo que él ha tirado. Esa es la actitud que hubiera esperado de un alumno que no me conoce, pero C, especialmente C. Es como si Net Flanders se rebelase indignado ante una leve y justa sanción administrativa.
No salía de mi asombro: C echándome un pulso en el pasillo. Parte disciplinario, castigo que tengo que meditar este fin de semana (algo relacionado con la limpieza, claro está) y llamada telefónica a su padre.

2º Bachillerato 3ª Parte. Dejo a C en el pasillo de momento porque no quiero descuidar la vigilancia del controlillo. Al entrar de nuevo en el aula veo in fraganti a dos alumnas ("nuevas", vienen rebotadas de otros centros) pasándose la prueba. Dos alumnas que, por lo demás, están suspendiendo claramente la asignatura desde el comienzo de curso. Les recuerdo que ese comportamiento implica un cero (en una prueba, la de hoy, que apenas supone el 5% de la nota de la evaluación. Es decir, nada dramático ni definitivo). Enfados y malos modos. Negar la evidencia.
Recojo los controlillos. Aprovecho la hora de "Alternativa" para realizar las llamadas a los padres de JM y de C. Le pido a los alumnos que se queden tranquilos haciendo las tareas que tengan que enseguida vuelvo. Conciente de que dejándolos solos eso es pedir demasiado, me conformo con que no armen jaleo.
De camino a Jefatura de Estudios intento que C recapacite y acepte algún tipo de castigo "simbólico" por negarse a recoger el papel. Nada, no hay manera. Ni con la amenaza cierta de llamar a su padre y que el asunto, que ha nacido de una simpleza, adquiera tintes desagradables. Ya no estamos hablando de recoger un papel, estamos hablando de desobedecer sin motivo y reiteradamente las indicaciones de un profesor. Hablo por teléfono con el padre delante de C (para que compruebe que no cargo las tintas, que me limito a relatar lo sucedido). El padre, como no podía ser de otra forma, está conforme con que se obligue a C a limpiar alguna instalación. En eso quedamos.
Aprovecho para llamar a la madre de JM. También respalda una sanción a su hijo y me agradece la llamada.

2º Bachillerato 4ª Parte. Al regresar al aula me percato de que M, una de las alumnas que había pillado copiando, se ha marchado. Es nueva de este año y no conozco a los padres, aunque la impresión que tengo por algunas justificaciones y comentarios que me ha hecho es que se trata de unos padres "comprensivos", de los que justifican cualquier comportamiento de su "niña" que tiene veinte años.
Esta vez las justificaciones las quiero de viva voz. Así que retomo el camino hacia Jefatura y llamo a casa de M. Constesta su madre. Resumen de la conversación:
Le explico quién soy y le pregunto si M tenía alguna cita médica o algún otro tipo de compromiso ineludible.
- Mi hija está aquí en casa. Ha venido muy mal.
- ¿Y eso?
- Ha tenido un problema con el profesor de matemáticas y se encuentra fatal.
- Ese no es motivo para irse del instituto sin permiso y sin notificarlo. Lo que tenía que haber hecho es hablar con el profesor de matemáticas o con el tutor, que en este caso somos la misma persona.
- Ya, si se lo he dicho, pero es que se encuentra muy mal. Ha venido a casa para pedirme que hable con usted. Yo se lo he dicho: M, en un examen tú no tienes que mirar a nadie ni aunque te llamen.......
En vista de que la madre quería hablar conmigo y de que yo tenía clase (aunque fuese "Alternativa") concertamos una cita para la semana que viene. De todas formas antes de despedirme le aviso:
- El comportamiento de M (marcharse del centro sin permiso) va a implicar una sanción. Seguramente sea expulsada un día, que es la sanción que se ha impuesto esta misma semana a un compañero de clase por un hecho semejante. Lo contrario podría crear un agravio comparativo.
- Lo coprendo, aunque mi hija ha venido a casa para pedirme que yo fuese al instituto a hablar con usted. Y yo le he dicho: M, ¿cómo voy a ir a hablar con tu tutor si entro a trabajar a las tres?

Y te tienes que morder la lengua, porque lo que me pide el cuerpo es decirle a la madre: ¿su hija necesita acudir a casa para comunicarse con usted? ¿su hija no tiene móvil? Sí, espere. Sí que lo tiene. Lo sé porque han sido varias veces las que he interrumpido una explicación en clase para pedirle que lo guarde. ¿Su hija está preocupada por que la he pillado copiando en un control sin importancia? Su hija debería estar preocupada porque en los exámenes de verdad, en los que no la he pillado copiando ni se le ha rebajado la nota por ninguna circunstancia, no es capaz de llegar al cuatro.....

Al salir del despacho me cruzo con el secretario que me dice que tengo mala cara. ¿Te encuentras mal? No, sólo que en menos de 180 minutos he expulsado a dos alumnos de clase, he puesto tres partes disciplinarios, he hablado con tres "progenitores". Y de regalo, para la semana que viene, me espera una cita con la madre de M y el castigo a C.

Menos mal que siempre nos quedará 091. Escucharlos toda la tarde ha sido una terapia impagable.


Hay días que agobia respirar el mismo aire que la gente.
Pues que la suerte se tapó los ojos hoy para no verme.
Pasa de largo si me ves,
hoy sólo te podría decir hola y adiós.

Es de esos días que te da por quemar libros de poesía.
Y si no arden suavemente se te viene el mundo encima.
No hay broma que pueda animarme,
ni nada que puedas hacer.

Buen día para olvidar,
buen día para olvidar,
cansado de andar, cansado de andar,
de andar siempre y de no ir a ningún lado.

Es de esos días que mejor no hubiera amanecido nunca.
Es cuando al vaso una gota solamente lo desborda.
Nena no agotes mi paciencia,
no hay nada que puedas hacer.

Buen día para olvidar,
buen día para olvidar,
cansado de andar, cansado de andar,
de andar siempre y de no ir a ningún lado.



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