Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

viernes, 4 de mayo de 2012

Madera de político

El otro día, haciendo zapping, nos quedamos enganchados viendo un documental que emitían en la 2 sobre la masacre acontecida el pasado verano en la isla de Utoya, Noruega.


Los hechos son conocidos. Un individuo, que está siendo juzgado en estos días, puso una bomba de gran potencia en los edificios ministeriales del centro de Oslo. Después se dirigió a la isla de Utoya, donde se celebraba el campamento anual de la AUF, la sección juvenil del partido socialdemócrata que actualmente gobierna el país. Una vez allí, suficientemene armado y vestido de policía, se dedicó a ejecutar a todo aquel que se le pusiera a tiro. Según el documental, la policía de verdad tardó 72 minutos en llegar a la isla y detener al asesino. Para entonces ya se podían contar 69 víctimas mortales (ocho más en Oslo).

El documental se titula "la isla del terror" y se centra casi exclusivamente en las experiencias de los jóvenes que formaban parte del campamento. Para ello cuenta con los testimonios de algunos supervivientes y con la filmación de los días previos al atentado. No estamos hablando de un campamento cualquiera de los cientos de miles que se celebran en verano. Es el campamento anual de la AUF, cantera de los futuros gobernantes de Noruega, o al menos aspirantes a ello. Por el campamento pasan "celebridades" tales como el Ministro de Asuntos Exteriores y otros grandes líderes del partido. Todo es grabado por un cámara profesional. Durante los primeros minutos uno está viendo un documental sobre el campamento de la AUF en el verano de 2011 sin que nadie pudiera imaginar que realmente ese campamento iba a pasar a la historia.

Es a partir del atentado en Oslo y de la llegada a la isla del asesino, cuando el documental cambia de registro. Se acaban prácticamente las imágenes (afortunadamente no hay ninguna "reconstrucción") y el peso narrativo recae en el relato de los supervivientes.


Johannes Dalen (20 años)

Fue quien recibió la llamada avisando de que un "policía" quería acceder a la isla, se supone que para protegerla. Todos están en estado de shock por las noticias que llegan de Oslo.

"Hablamos con varios Secretarios de Estado mientras estábamos a bordo del barco" 31m




Woria Kamil (17 años). Su amigo Ismael fue ejecutado justo a su lado. No entiende por qué él no.
"Tengo muchas imágenes extrañas en mi cabeza" 39.50 "No entiendo por qué no me disparó en la cabeza. No lo entendí y esa es mi gran pregunta".


Emma Martinovic (18 años). Dirigente de la AUF
"la gente más maravillosa de la tierra reunida en un lugar" 4.17
"Antes de hacer nada, pareció que se aseguraba de que yo estaba mirando" 38.13
"Se reía, tenía... no se reía histericamente pero podías sentir su maldad. Sabías que tomaba aliento y se reía con todas sus ganas. Y los hombros le temblaban." 39.44
"Me entró el pánico. Sentí: ahora me toca a mí ser presa del pánico. Mis pulmones se estaban llenando de agua. Estaba lista para cerrar los ojos, echar la cabeza hacia atrás y claudicar. De pronto, veo a un niño. Me vuelvo hacia el niño y le digo; oye, eres un fantástico nadador. Él me mira, mira al cielo y dice: papá está muerto. Miré a mi alrededor y no lo entendía. <<Eres un fantástico nadador. Estás nadando por papá y mucha gente te está esperando en la otra orilla>>. Entonces me dice: yo creía que la policía debía de ser buena. Aquellas palabras me produjeron... tuve que sumergirme para que no viera que estaba llorando. 45m
"Quiero que alguien golpee en algún lugar dentro de mí para poder derrumbarme por completo, para poder llorar histericamente. Ponerme de rodillas y sufrir un colapso, una crisis emocional total" 55m


Eskil Pedersen (27 años). Líder de la AUF
"donde haces contactos y amigos para toda la vida"
3.17 discurso de bienvenida
"Fue el día que el terror se apoderó de Noruega. El país perdería su inocencia si se trataba de una bomba." 22m
"La otra persona que había en la habitación me llamó y me dijo: vete corriendo al barco ya" 26.16
"Sentí como si una alfombra de muerte cubriese toda la isla (...) Pasé corriendo al lado de dos personas que estaban tendidas en el suelo. Estaban muertas. No tuve la menor duda de que estaban muertas. (...) Yo fui la última persona en subir al barco. No había nadie más allí. No volví a ver a nadie. No había nadie allí. Muy deprisa el barco empezó a alejarse. 27m
"Si no estuviste en la isla, no puedes entender las razones de las decisiones que tomamos cada uno. Tomamos una decisión que fue intentar sobrevivir." 55.09


Herman Heggertveit (18 años)
"Entonces desaparece todo pensamiento racional y actuas por puro instinto. Le habían disparado en las piernas, estaba herido, corría por pura inercia. Intentamos ayudarle mientras corríamos y corrimos durante un buen rato" 37.04
"Se presenta a sí mismo pero no recuerdo lo que dice" 48.25
Dudas, dudas, dudas. 49.38
"Yo no tengo la sensación de que le salvé la vida. Más bien tengo la sensación de que le abandoné porque huí para salvar mi propia vida." 54.50






Trond Agnar (21 años). Dirigente de la AUF
"No dejaré que me dispare a mí ni a la gente con quien estoy" 34.45






Lara Rashid y su hermana Bano. Ambas imágenes son del documental.
A la izquierda Lara, la superviviente, relatando su testimonio.
A la derecha Bano, una de las víctimas mortales, riéndose ante la cámara que grababa el documental "campamento en Utowa", el día previo a la masacre.


Line Oma. Empleada del Ministerio de Trabajo noruego. Salía de trabajar cuando estalló la bomba de Oslo. Sus dos compañeras de trabajo más próximas fallecieron.
"Hace mucho tiempo que yo deseo llegar algún día a ser primera ministra" 15.40
"Pero en lo único que podía pensar era en la visión abrumadora de los edificios gubernamentales bombardeados y en que era la mayor tragedia que había sufrido nunca Noruega".

El documental es estremecedor. No soy aficionado al género pero salta a la vista que el suceso reune muchos de los tópicos del cine de terror: campamento juvenil, noche de lluvia intensa, psicópata caracterizado (en este caso de policía. Un toque siniestro digno del mejor guionista. La víctima primero se tranquiliza al ver llegar a un "agente del orden" para en seguida darse cuenta del tremendo error), una isla sin escapatoria...

Pero hay un elemento discordante en la opresiva sensación de tragedia y horror. Me resultan llamativos e inverosímiles algunos testimonios de los supervivientes. Demasiado recurso al lugar común ("el país perdería su inocencia si se trataba de una bomba", referido a las primeras noticas que llegaban desde Oslo), demasiado discurso autoconsciente (¿no es inverosimil que una persona que acaba de sufrir un terrible atentado "solo pueda pensar en que era la mayor tragedia que había sufrido nunca Noruega"? ¿no tiene familia esa mujer?), demasiada explicación e interpretación y poca narración de los meros hechos.

Al poco caí en la cuenta de que los testimonios que me parecían "manipulados" eran los de los dirigentes de la AUF y la aspirante a primera ministra. El resto de testimonios, es decir, los de los campistas de "a pie" sí me resultaban creíbles y estremecedores. Eskil Pedersen, Emma Martinovic y en menor medida Trond Agnar no dudan, parecen tener siempre una visión global de lo que está sucediendo,  mantienen la cabeza fría y toman la decisión más adecuada en cada momento. Por algo son líderes. Ahí está la anécdota de Emma Martinovic a punto de dejarse llevar, exhausta de tanto nadar, pero reaccionando cuando ve a un niño que necesita consuelo.

Pero cuando las decisiones pueden ser discutibles o incluso injustamente criticables, entonces nuestros líderes nos explican que en realidad no son decisiones suyas sino que se vieron obligados a actuar así por las circunstancias. Eskil Pedersen era el líder de la AUF y por tanto el máximo responsable del campamento. Tiene 27 años, diez más que la mayoría de sus compañeros. Cuando el asesino pisa la isla y comienzan los disparos, Eskil sube corriendo al barco y "leva anclas". Pero él no toma ninguna decisión. Así lo cuenta:
"La otra persona que había en la habitación me llamó y me dijo: vete corriendo al barco ya". Es decir, parece que la "orden" de huida partió de otra persona, no salió de motu propio.
"Pasé corriendo al lado de dos personas que estaban tendidas en el suelo. Estaban muertas. No tuve la menor duda de que estaban muertas". Cuánta seguridad. En cualquier caso mejor que estuvieran muertas, de esta forma Eskil se evita verse en la disyuntiva de intentar ayudarlas. Las circunstancias.
"Yo fui la última persona en subir al barco. No había nadie más allí. No volví a ver a nadie. No había nadie allí". Otra vez rotúndamente seguro. No había nadie allí. No había necesidad de esperar por si alguien más alcanzaba el barco puesto que no había a quien esperar. Nuevamente las circunstancias se ponen de su parte.
"Muy deprisa el barco empezó a alejarse". Había nueve personas en el barco. Él sin duda era la persona de mayor rango y el máximo responsable. ¿Qué ocurrió en el barco? ¿Qué pensaron? ¿Qué se dijeron unos a otros?. Silencio (Sabemos, gracias al testimonio de Johannes Dalen, que intentaron contactar con distintos miembros del gobierno e incluso llegaron a hablar con varios Secretarios de Estado. Lo que no sabemos es si estas llamadas se produjeron cuando el barco estaba todavía atracado en la isla -lo dudo- o ya después de abandonarla). Al parecer nadie tomó ninguna decisión. El barco, autónomamente, dirigido por nadie, empezó a alejarse muy deprisa. Eskil tuvo mucha suerte de que el barco no empezara a alejarse muy deprisa antes de que él pudiera embarcar. Caramba con el barco.

Que quede claro: no estoy criticando el comportamiento que tuvo Eskil Pedersen ese día, ni siquiera creo que mienta (me parecería mezquino afirmar que miente sin ninguna prueba). Doy por hecho que los muertos estaban muertos y que no había nadie más que pudiera subir al barco. Lo que me irrita es su actitud: su seguridad sin fisuras, la falta de cuestionamiento, su responsabilidad (siempre pensando en Noruega y en la seguridad de todos) irresponsable (al parecer no es responsable de ninguna decisión. En toda la crisis nunca parece decidir nada, siempre se mueve obligado por las circunstancias), esa obsesión con aparentar dominar la situación incluso en el caos más absoluto ("No dejaré que me dispare a mí ni a la gente con quien estoy", afirma Trond Agnar, otro de los dirigentes de la AUF)..

Los campistas de "a pie", los que en principio no son responsables más que de sí mismos, los que no tienen permanentemente a Noruega en la cabeza, sí tomaron decisiones: correr o no correr; huir nadando o esconderse; ayudar a un herido o no; quedarse con un amigo o no; constestar al móvil o desconectarlo para no hacer ruido; fiarse o no fiarse de ese policía con un comportamiento extraño... De hecho no dejaron de tomar decisiones en todo el rato. Y por eso sienten remordimientos. Se cuestionan que hubiera ocurrido si hubieran tomado otra decisión. Intentan comprender por qué actuaron tal y como lo hicieron ("Entonces desaparece todo pensamiento racional y actuas por puro instinto" comenta Herman Heggertveit).

Johannes Dalen, Woria Kamil, Herman Heggertveit relatan lo ocurrido a la manera de David Copperfield. Se sienten los protagonistas, los héroes, de su propia historia. Nada más y nada menos. En cambio los dirigentes políticos y la aspirante a primera ministra, Eskil Pedersen, Emma Martinovic, Trond Agnar y Line Oma relatan lo ocurrido como si ellos fueran los protagonistas, los héroes de la historia, mejor aún, de la Historia de Noruega.

Supongo que en eso consiste ser un dirigente político: sentirse protagonista, seguridad sin fisuras en el discurso, apariencia de cotrol de la situación, tener la respuesta adecuada y sin ninguna duda a cada reto por díficil e incontrolable que este sea (por ejemplo un psicópata armado suelto en una isla). Nunca ponerse en cuestión a uno mismo. Madera de político.




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