Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

viernes, 22 de junio de 2012

El record de Azofra


Los aficionados al baloncesto habrán reconocido al personaje de la imagen. Se trata de Nacho Azofra, durante tantos años base del Estudiantes y actualmente director deportivo del mismo club. Fue un base original, muy identificado con la afición estudiantil (que le animaba al grito de "Nacho, borracho") y que sabía jugar de una manera cerebral o visceral según lo demandase el partido. Un jugador único, con gran personalidad dentro y fuera de la pista.
Hace poco leí unas declaraciones suyas en las que afirmaba que era más fácil repartir asistencias que fichar americanos. Y es que como director deportivo no le ha ido nada bien. Al punto de que el pasado mes se consumó el temido descenso. El Estudiantes, el Estu, club fundador de la liga de baloncesto, pierde la categoría por vez primera en su historia. Fue noticia en todos los medios. Triste noticia para los aficionados al baloncesto.*

A Nacho Azofra lo vi jugar en directo una vez. Fue en junio de 2005, en un partido del play-off de semifinales que enfrentaba al Estudiantes y al Real Madrid. El Estudiantes actuaba de local y fue un recuerdo inolvidable, por el juego en sí, por el ambiente en el coso (se jugaba en la plaza de toros de Vistalegre), por la carrefourada y por Juan. Ese partido también lo jugaron Herreros, Reyes, Jiménez, Suárez y Rodríguez, últimos superclases salidos de la cantera colegial. Y Louis Bullock, símbolo involuntario e inesperado de este trágico final de temporada. Estas son algunas de las fotografías que tomé aquel día:















Hoy recuerdo a Azofra con motivo de un record que ostenta. No se trata de un record conocido ni publicitado. Siempre se suele recordar al jugador que más puntos encestó, al que más rebotes atrapó, al que más tapones infringió, al que más asistencias repartió e incluso al que más partidos jugó. Nacho Azofra no es el primero en ninguna de esas categorías, aunque en alguna está cerca del podio. Jugó 705 partidos (el record lo tiene Rafael Jofresa con 758), 15.104 minutos (por 20.217 de Joan Creus), anotó 4.079 puntos (muy lejos de los 9.757 de su ex-compañero Alberto Herreros), capturó 1.432 rebotes (tampoco se acerca a los 4.277 de Granger Hall), repartió 2.221 asistencias (le gana de largo Pablo Laso con 2.879), recuperó 787 balones (1.212 recuperó el actual entrenador del Real Madrid) y taponó cinco lanzamientos en sus diecinueve temporadas en la liga ACB.

Todos los records mencionados en el párrafo anterior son meritorios pero dudo que ninguno llegue a ser más longevo que el record de Nacho Azofra. El gran base estudiantil llegó a jugar 584 partidos oficiales consecutivos, es decir, estuvo casi doce temporadas sin perderse un solo partido. Impresionante. Me sorprende que este record no esté recogido en las estadísticas de la ACB, ni tan siquiera en la ficha del jugador. Para conseguir una hazaña de este tipo es necesario la confluencia de, al menos, cuatro factores. A saber:
  1. Disciplina personal. En el caso de un deportista, si no cuida su cuerpo es imposible que pueda aguantar tanto tiempo sin algún tipo de percance. Paradójicamente, Azofra ha pasado a la historia como ejemplo de amateurismo, de alguien que parecía no tomarse en serio su profesión. "Nacho, borracho", le gritaban los dementes. El propio Azofra declaró en una ocasión: "nunca tuve la sensación de que esto se convertiría en una profesión y encima tan duradera, incluso estando en el primer equipo no era demasiado consciente de que mi futuro estaría ligado a este deporte". La clave nos la da Pepu Hernández: "A Nacho Azofra le entrene durante cuatro o cinco temporadas en su etapa de formación. Prácticamente le he visto crecer baloncestísticamente. Siempre ha sido un jugador muy especial porque entiende el juego como algo creativo. No especialmente sujeto a reglas, pero dentro de una disciplina personal muy arraigada en él y que le daba una gran personalidad aun siendo muy joven."
  2. Gusto por el juego. Hay que divertirse y no olvidar el espíritu de patio de colegio. Ser consciente del privilegio que supone hacer lo que uno quiere. Disfrutar de esa libertad y esa responsabilidad. Creo que Nacho Azofra simboliza como muy pocos jugadores esta virtud.
  3. Talento. Para llegar y mantenerse, claro. Para que el entrenador confíe en ti partido a partido una cifra inimaginable de veces.
  4. Suerte. Muchiiiiísima suerte. Incluso sin considerar el hecho tremendamente afortunado de no tener lesiones traumáticas en un deporte de tanto contacto y de tanto sufrimiento para las articulaciones como el baloncesto, ¿quién en doce años no ha tenido ni una gripe o una gastroenteritis que recomendase reposo en algún partido anodino de la liga regular? Hay que tener una suerte increible para que nada te impida jugar 584 partidos oficiales de manera consecutiva.
El record de Azofra es uno de los records deportivos que más me han impresionado y quizás el que más tengo presente. Hoy lo menciono porque yo también he conseguido batir un record personal. Mucho más terrenal y accesible pero tampoco fácil. En mi octavo curso como profesor he conseguido por primera vez asistir a clase todos y cada uno de los días. Desde el 15 de septiembre hasta el 22 de junio nada me ha impedido cumplir con mi trabajo. Ninguna dolencia física, ningún problema familiar (el año pasado tuve que faltar algunos días por enfermedad de Hector), ninguna celebración (ni permiso de paternidad, ni permiso por matrimonio), ningún examen oficial que realizar en horario de clase. Nada. Día tras día he conseguido el objetivo con algo de disciplina personal, un poco de gusto por el juego, una pizca de talento (espero) y mucha, mucha suerte.

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* Finalmente el Estudiantes no va a descender. El Club de Baloncesto Canarias 1939, que deportivamente se ganó el ascenso de categoría no puede hacer frente al canon que exige la ACB (casi cinco millones de euros) para poder participar en la liga. Así que la plaza que no va a ocupar el CB Canarias 1939 se la han ofrecido al Estudiantes que la ha aceptado. Una pena. El Estudiantes ya no podrá abanderar el espíritu romántico e idealista que siempre le ha acompañado. ¿Cómo hacerlo, sabiendo que no va a jugar en la máxima categoría por méritos deportivos sino por poseer una cuenta bancaria desahogada? Con estos antecedentes, ¿podrá "la demencia" seguir acusando de peseteros a los jugadadores del Real Madrid?

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