Por la tarde tocaba corregir. Estos son los resultados de 1º del Bachillerato Científico. Se han presentado nueve alumnos, de los cuales han aprobado.... ninguno. Cero de nueve. Lo mejor es que no he tenido que comerme la cabeza. Los suspensos son tan rotundos que no dejan lugar a la duda: 1.4; 2.1; 1.1; 1.6; 1.8; 1.9; 0.6; 2.3 y 3.5. (este último caso me habría supuesto un quebradero si el suspenso implicase repetición de curso, pero no es así). La puntuación es sobre diez, por si alguien se lo pregunta. Visto así, cualquiera diría que soy un carnicero, uno de esos profesores legendarios que se regodea con las dificultades que ponen a los alumnos. Lo cierto que es un resultado llamativo pero completamente natural. Analizando caso por caso la trayectoria de todo el curso, lo sorprendente es que hubieran aprobado. Si juegas nueve veces a la lotería y no obtienes ningún premio no te extraña. Pues esto es lo mismo.
Cuando la LOGSE acabó con los exámenes de septiembre la medida me pareció errónea e incomprensible. ¿Qué sentido había en negar una oportunidad a los alumnos para que pudieran recuperar en verano las asignaturas suspensas? En esa época no sospechaba que terminaría dedicándome a la enseñanza. Ahora lo veo de otra manera. ¿Qué alumno va a conseguir en dos meses por sí solo los objetivos que no ha sido capaz de conseguir en nueve meses de trabajo, asistiendo a clase y con la ayuda del profesor? La experiencia me dice que muy pocos. En todo caso, sólo aquellos que le quedan una o dos asignaturas para septiembre. Lo habitual es que los alumnos en septiembre obtengan un resultado aún peor que en junio. Además, los exámenes de septiembre impiden planificar con tiempo el curso entrante. Estos días, en lugar de examinar, corregir, evaluar y atender dudas y reclamaciones, deberíamos dedicarlos a repartir los grupos, a coordinar los nuevos equipos educativos, etc. Todo esto con la lista de alumnos cerrada desde junio.
Dentro de un rato viene a recogerme un amigo para ir a Granada a ver el partido España-Francia. Viene con su hijo, que estudia 2º ESO y le han quedado siete para septiembre. El chaval se ha perdido los primeros partidos porque tenía que dar el último repaso y examinarse. Durante todo el verano ha tenido un horario de estudio intensivo supervisado por los padres. Sólo descansaba los domingos. Una pesadilla para el chaval y para su familia. Esta tarde a las 9 publican los resultados. A esa hora ya estaremos en el pabellón. En fin, esperemos que salga el boleto ganador.
_
No hay comentarios:
Publicar un comentario