Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ovación frustrada

Cada vez que veo a alguien tirar una colilla o cualquier otro desperdicio al suelo, tengo que reprimir el instinto de reprenderle. Supongo que es deformación profesional. De tanto darle la vara a los chavales para que tiren la basura a la papelera, de tanto discutir y de tanto obligar a recoger y limpiar he desarrollado una especial sensibilidad en este tema.

Me choca, me quedo sorprendido. No puedo creer que una persona adulta tire la basura al suelo. ¿Tanto cuesta avanzar dos pasos hasta la próxima papelera? De verdad que no puedo entenderlo. Me quedo mirando a la persona, no de manera recriminatoria, sino intentando imaginar cómo es. ¿Cómo es una persona que tira la botella de agua vacía al suelo? ¿Cumplirá en su trabajo? ¿Será cariñoso? ¿Se puede confiar en alguien así? Se comienza escupiendo el chicle al suelo y se termina cometiendo las peores atrocidades.




Este video lo enlazó jose antonio al blog de AMM hace unos meses. Algo parecido he visto, o he creído ver, esta mañana. Gracias a los madrugones de Héctor llegamos a la playa cuando sólo hay gente paseando o haciendo jogging. Somos los primeros con sombrilla y sedentarios. Justo cuando terminamos de soltar los bártulos veo acercarse a un corredor. Es un joven con zapatillas de atletismo y pantalón corto de deporte, con buena técnica y musculatura de anuncio. Un profesional del mantenerse en forma. Cuando ya está casi a nuestra altura, se agacha y recoge de la arena húmeda el envase de una tarrina de helado y los restos de una red.

Me quedo atónito. Por un instante imagino que es un vigilante de la playa, alguien contratado para mantener la playa limpia y decide hacerlo a la vez que se pone en forma. Pero no, después de siete veranos viniendo a esta playa, conozco por experiencia el abandono y la nula inversión en su mantenimiento. Ha sido un gesto espontáneo de ese joven, a quien me quedo mirando dedicándole una cerrada ovación (mental, por supuesto).

No debí haber prolongado tanto la ovación. No debí haberme quedado mirando. Porque esto fue lo que vi: en plena carrera, sin llegar a frenarse, el joven lanzó la tarrina y la red hacia la zona de arena seca -cayendo a escasos quince metros de donde había una papelera- y continuó su carrera a buen ritmo. ¿Qué había sido aquello? ¿Quién me lo puede explicar? ¿Se había limitado a retirar la basura de la pista de atletismo (arena húmeda) para evitar esguinces u otros percances? ¿Estaba practicando algún tipo de técnica de lanzamiento de objetos? ¿Intentó evitar que la basura fuera arrastrada por las olas hacia el mar? ¿En ese caso, su conciencia ecológica marítima no incluye la limpieza de la playa? ¡Es que no lo entiendo!

En cualquier caso, hoy lo que había en la arena (no digamos ya en el agua) no era basura sino medusas. No había quien se pudiera bañar. La gente se entretenía sacando medusas y enterrándolas en la arena. Algunos lo hacían con más arte que otros.




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2 comentarios:

  1. Que bueno el video, me dan ganas de hacerlo con los alumnos en el Zoco...

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  2. El vídeo es simplemente genial ! Estoy de acuerdo con Elena, te dan ganas de ponerlo en práctica con los alumnos...

    El comportamiento de tu amigo el deportista...Difícil de explicar. Quizá pensó que aún tenía restos de helado, y pensó: Qué hambre! Qué "hartá" de helado me daré cuando acabe de correr ! Cuando vió que los restos eran de vainilla (tú no lo sabes, pero a éste hombre no le gusta la vainilla!); pues se deshizo de ello...Jejeje !

    Ya sé...es una tontería-guarrería.Jejeje ! Pero es la explicación más lógica que se me ocurre ante tal comportamiento...

    Un abrazo desde La Mancha profunda !

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